viernes, 27 de marzo de 2020

Nunca lo sabrán


“No puedo contarles mucho sobre este disco. Me encantaría, pero no puedo. Tengo una restricción legal para hacerlo. El bluesman en el centro de este álbum no quiere que el público sepa quién es. Y más importante aún, no quiere tampoco que otros fieles de su congregación lo sepan. Verán, el artista es un hombre religioso y su iglesia, como muchas iglesias en el sur profundo, consideran al blues una música pecaminosa. Es por eso que él pidió grabar con un seudónimo. También especificó que no se divulgue dónde vive, ni en que juke joint se registró este disco en una sola sesión en 2007”.

Así comienza el relato de Jeff Konkel, productor del álbum, que figura en la información del CD The World Must Never Know, editado por Broke & Hungry Records, y atribuido a Mississippi Marvel.

Jeff Konkell
En esas líneas, Konkel confiesa que la tarea de grabar a este misterioso bluesman de unos ochenta años no fue nada sencilla. Sin dar precisiones de lugares o fechas, el productor cuenta que se acercó al artista en varias ocasiones para proponerle grabar un disco y siempre recibió una respuesta negativa, aunque sin darle demasiadas explicaciones. Pero fue tanta la insistencia de Konkel que por fin el músico le reveló el motivo: que los fieles de la iglesia a la que asistía no iban a comprender, y mucho menos aceptar, que editara un disco de blues. Fue entonces cuando a Konkel se le ocurrió grabarlo y resguardar su identidad al mismo tiempo. Así nació Mississippi Marvel.

Otros tres músicos participaron de la sesión de grabación: Lightnin' Malcolm tocó la batería en seis temas, mientras que el guitarrista Bill Abel y Jimmy "Duck" Holmes se sumaron en una canción muy poco conocida de Muddy Waters, Waterboy, waterboy, con la particularidad de que Holmes tocó la armónica. “Para tranquilizarlo de que su nombre no se iba a filtrar les hice firmar a los otros músicos un contrato de confidencialidad”, detalla Konkel.

Mississippi Marvel es blues del Delta en estado puro. Sonido crudo y pasional. Una voz cautivante y una guitarra sucia y visceral. El repertorio se equilibra entre clásicos como 44 blues; Catfish blues; No mail blue, de Lightnin’ Hopkins; y Everything’s gonna be alright, de Little Walter; con algunas composiciones propias como Kankakee, Feel like layin’ down y Hard pill to swallow. De todas maneras, Mississippi Marvel logra imponer su estilo en cada una de las versiones que realmente suenan como si fueran suyas.

Pasó el tiempo desde la grabación del disco -en una zona rural del Mississippi en noviembre de 2007 y la posterior edición al año siguiente- y su identidad nunca trascendió. Roger Stolle, dueño de Cat Head Delta Blues & Folk Art, oriundo de Clarksdale y uno de los mayores difusores del blues del Delta, dijo que Mississippi Marvel murió hace un tiempo y su familia tampoco quiso que se revele su nombre post morten. Así unos pocos guardan el secreto bajo siete llaves y, al parecer, el mundo nunca sabrá quién fue este maravilloso músico.


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