jueves, 1 de marzo de 2018

Temple blusero


Leo Parra Castillo necesita apenas unos segundos para llevarnos en un viaje imaginario a lo más profundo del Mississippi. Con la intro con slide de Dark was the night, cold was the ground, de Blind Willie Johnson, nos ubica en el porche de una precaria cabaña de madera. La armónica de Fernando Vázquez se suma al sonido metálico de la guitarra y Leo Parra esboza un tarareo sutil mientras empalman con Freight train blues, de Fred McDowell. Homero Tolosa arremete con un repiqueteo candente desde la batería y la espesura del Delta nos cubre por completo. Leo Parra eleva su voz con la fuerza de su espíritu. Todo fluye con absoluta naturalidad. Es como si este joven colombiano fuera un viejo bluesman, curtido y olvidado, que canta como desde hace décadas.

Big road es su primer disco. Logró editarlo gracias al sistema de crowdfunding y la excelente producción artística de Julio Fabiani. El álbum es la materialización de decenas de shows en los que Leo Parra cautivó al público con un temple blusero pocas veces visto. Sus interpretaciones son muy pasionales y su técnica con la guitarra es exquisita. El repertorio equivale a una breve enciclopedia de blues sureño.

Tras la poderosa intro Leo queda solo con su guitarra y slide para una ardiente versión de Last time blues, de Papa Charlie McCoy. Luego se distiende con una melodía más animada y la compañía en armónica de Andrés Fraga y el contrabajo de Mauro Bomanico en Born and living with the blues, de los legendarios Sonny Terry y Brownie McGhee. Con el boogie hipnótico de John Lee Hooker nos pone en la piel de ese vagabundo desamparado que está lejos de casa que describe la letra de Hobo blues. Con los clásicos de Tommy Johnson, Canned heat y Big road, nos invita a recorrer un camino polvoriento rodeado de plantaciones de algodón y desesperanza.

En Born dead revive al mismísimo J.B. Lenoir con una interpretación conmovedora y acto seguido rompe con lo que venía haciendo y demuestra que si se pone a cantar soul también lo puede hacer con majestuosidad. Lo que logra con Ain’t no love in the heart of the city, de Bobby “Blue” Bland, respaldado por Mauro Bonamico y Homero Tolosa, más el aporte de Yair Lerner con la trompeta, es una maravilla conceptual. Y entonces deja Memphis y vuelve al corazón del Delta y canta la poderosa Death letter, de Son House, con la armónica de Fernando Vázquez en estado de ebullición. El disco se va con Leo Parra reescribiendo a Skip James con una soberbia versión de Special rider, en la que Mauro Bonamico y Homero Tolosa marcan la base rítmica con prestancia y sobre el final comienzan improvisar una especie de chacarera mística. El disco tiene un track oculto: Leo Parra, completamente despojado de instrumentación, canta a capela Grinnin’ in your face.

Big road es todo lo que esperábamos de él. El mérito es suyo y también de Julio Fabiani, que supo armar el contexto musical adecuado para que el artista brille con toda su intensidad. Hasta la portada del álbum, con una muy buena ilustración de Sebastián Mercau, logró captar el espíritu de Leo Parra, el de un viejo bluesman oculto en el cuerpo de un joven.


5 comentarios:

Ana Paula Ocampo dijo...

Qué hermosa nota Leo! Felicitaciones.

Leo Parra Castillo dijo...

Muchas gracias Martín! Me alegra que te haya gustado el album! No hubiera sido posible sin la ayuda de Julio Fabianii, Lucas Gavin (Sureños) y los fantásticos músicos que me acompañaron: Homero Tolosa, Bonamico Mauro, Andrés Andres Fraga, Fernando Vazquez, Gilda Guichenducc. Y con el diseño de arte de Ana Paula Ocampo y Grupo Fusión con ilustraciones de Sebastián Mercau. Gracias a todos!!

Damián Martín Duflòs dijo...

Un genio! Uno de mis favoritos! Te admiro mucho Leo! Felicitaciones!

Darío Soto dijo...

Grosooooo! Grande Leo! Ya lo quiero escuchar!
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Unknown dijo...

Muy grato verte y escucharte querido amigo.
Gracias querido Martín Sassone por de vida está historia con este gran Blog. Abrazo pa los dos y para la gente querida de Argentina.