miércoles, 13 de enero de 2016

Pureza acústica sin filtros


Una de las cosas más lindas que tiene el blues es cuando una guitarra acústica y una armónica, por ejemplo, suenan con la intensidad de toda una banda eléctrica. Hay varios ejemplos a lo largo de la historia: Sonny Terry y Brownie McGhee, Buddy Guy y Junior Wells, Cephas & Wiggins, Satan & Adam. La crudeza, la emoción, el sentimiento, el deseo asoman sin filtros. Lo que se ve y lo que se escucha es exactamente lo que se siente. J.J. Appleton & Jason Ricci acaban de sacar un disco que, si bien no los pone en el pedestal de los dúos mencionados, los encamina hacia ese lugar.

Dirty memory comienza con la potente Learning blues, en la que Appleton acribilla con el slide una guitarra resonadora mientras que la armónica de Ricci le sigue el ritmo con una ferocidad implacable. Luego se zambullen en el lodo de la historia primaria del blues para interpretar uno de los clásicos de pre guerra más populares, Nobody's fault but mine, de Blind Willie Johnson. En algunos temas el dúo recurre al respaldo rítmico del contrabajo, en el que alternan Tim Lefebvre y Neal Heidler. El resto del repertorio se conforma con canciones propias que pueden abordar distintos estilos como el piedmont, field holler, blues del Delta o americana.

Una de los temas originales más interesantes es New man, escrito por Ricci, y en el que su armónica traza una melodía atrapante mientras que Appleton canta con muy buen registro. Pero sin dudas lo que más llama la atención del disco es el track 5, seis minutos de Ricci solo con su pequeño instrumento batiendo cualquier tipo de lógica interpretativa. Una arrolladora demostración de talento. Entre las canciones que versionan está Black limousine de los Stones, un blues salvaje que Appleton y Ricci honran con mucha pasión y gran pulso; y también It ain't use, de Gary US Bonds intervenida al mejor estilo It hurts me too. El cierre es solo de Appleton con la melancólica Come on over, come on by, en la que su voz y su slide se conjugan en un profundo lamento.

Esta dupla de jóvenes músicos tiene un futuro impresionante que se sustenta en un gran presente con el que rescatan el pasado del blues a través de la pureza acústica.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con la consideración previa sobre la música de este dúo. Sólo este párrafo ya es razón suficiente para escuchar al dúo. Sólo he oído un par de temas y lo que se es que lo voy a oír entero,