Fotos gentileza Edy Rodríguez |
Ford es un músico fantástico por donde se lo mire: combina la pasión del blues con la destreza del jazz y el vigor del rock. Tal vez no sea un frontman muy carismático, de hecho apenas se dirige al público para presentar a la banda y anunciar algunas de las canciones que va a tocar, pero cuando sus dedos comienzan a agitar las cuerdas de su Telecaster todo lo demás queda en segundo plano.
“Es bueno estar de vuelta. Ha pasado mucho tiempo”, dijo antes de largarse de lleno con la música en su cuarta visita al país (las otras ocurrieron en 1992, 1994 y 2001). Comenzó con una sutil ironía: interpretó el tema Chevrolet, justo él que se apellida Ford. Pero no fue una ocurrencia del momento, sino que ya es un clásico de su repertorio. Aprovechó esa canción para acomodarse, pidió un poco más de monitor, mientras lanzaba unos fraseos fabulosos. La rítmica, conformada por Brian Allen en bajo y West Little en batería, se desenvolvió con gran solvencia desde el primer minuto.
Si bien hace pocos meses editó su disco A day in Nashville, que fue grabado de corrido en un solo día, anoche apenas tocó un solo tema de ese trabajo: Midnight comes too soon. Ford se lució con una gran versión de Start it up, del memorable álbum de la Blue Line de 1992, y con All over again, que compuso para su proyecto paralelo, Renegade Creation. Y la banda entera, tanto de manera mancomunada como en lo individual, deslumbró en Nothing to nobody, el tema de Michael McDonald que Ford versionó en Supernatural, de 1999. Luego del solo expeditivo del guitarrista, Allen se despachó con un derroche de creatividad desde su bajo de cinco cuerdas y dio pie para que Little terminara aporreando su batería de menor a mayor. Justamente de ese disco del 99 salieron otros dos temas que sonaron ayer: Lovin’ cup la propia Supernatural.
Al público jazzero lo deleitó con un instrumental que recordó a su etapa con los Yellowjackets y a los bluseros les regaló un momento muy emotivo cuando le dedicó al recientemente fallecido Johnny Winter su Cannonball shuffle, inspirada en Freddie King, que compuso para su álbum Keep on running, de 2003. Una mención destacada merece el sonidista, quien logró que la guitarra de Ford se escuchara con absoluta nitidez y su voz con mucha claridad, mientras que generó un contorno óptimo para que la sección rítmica se perciba en todo su esplendor.
Tal vez pudo haber tocado un poco más, es cierto… pero lo que nos dejó en esa hora y cuarto fue alucinante. El Robben bueno, el que no se tira, demostró una vez más que lo suyo va más allá de cualquier clasificación, si es blues o lo que sea. Es música interpretada desde la más honda convicción de un artista inquieto y talentoso que nunca se guarda nada.
11 comentarios:
buenisimo!
No pude verlo, asi que gracias Martin!
estuvo excelente el show, es bueno ver a musicos de esa talla aca, muy conforme, la banda excelente. el publico se fue con la panza llena
Fabulosa demostración de buen gusto,una guitarra que sonó limpia,acompañado por una base rítmica magistral
Imagino que así habrá sido. Lamento mucho no haber conseguido entrada, y el martes no puedo ir. No me la corto, pero tengo una bronca...
excelentes, la crítica y el show...
muy bueno el show del sabado....pero muy corto...muy corto.
Me encanta, vi todos sus shows en Argentina, además de todo lo que conocemos de él, es tan groso que se llama Ford le compuso un tema a Chevrolet... jajaj
"Buy you a Chevrolet, just do somethin' for you"
IMPRESIONANTE EL SHOW EN ROSARIO.. TOCÓ LA MISMA CANTIDAD. ERA PARA QUE TOQUE TODO EL DÍA!!
Gran show!!
Gran show!!
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