domingo, 15 de junio de 2014

Blues para Son House


La historia cuenta que John Mooney conoció a Son House en 1971 cuando ambos vivían en Rochester, Nueva York. Ese encuentro cambió la vida de Mooney cuando apenas tenía apenas 16 años. Fue un amigo en común, el músico Joe Beard, quien los presentó. Así empezaron a tocar juntos en la casa de Son House -aunque a la esposa del legendario bluesman no le gustaba escuchar ese sonido del Demonio-, en la de Beard y también en algunas fiestas. Una de las cosas que más impactó a Mooney del viejo predicador fue su poderosa voz. “Recuerdo que cuando nos juntábamos en lo de Joe Beard y él empezaba a cantar temblaban todas las ventanas”, dijo Mooney en una entrevista a la revista Blues Access.

Ahora, a más de 40 años de esos encuentros que lo marcaron para siempre, Mooney homenajea a su maestro con este disco estupendo, en el que con su National steel guitar encara una buena selección de temas que Son House compuso antes de la Segunda Guerra Mundial y popularizó con el revival blusero de la década del 60. El track list incluye Death letter, John the Revelator, Grinnin' in your face y Preachin' blues, más un par de temas propios y covers tradicionales de Good morning little schoolgirl y You gotta move.

Las interpretaciones de Mooney están a la altura de la música de Son House. De una manera cruda y visceral canta sobre el pecado, la redención, los pesares y el dolor. La voz de Mooney transmite una pasión encendida, mientras el slide descarna un hondo sufrimiento mientras se acompaña rítmicamente con su pie derecho (foot stomping).

Mooney no grababa un disco desde 2006. En todo este tiempo no dejó de girar, especialmente por los Estados Unidos, y participó de la serie Treme. Su vuelta a los estudios marcó también su más profundo regreso a las fuentes. Un hombre, su guitarra y sus blues. La esencia de todo.



1 comentario:

Ramiro Colombatti dijo...


buenisimo Martin!