martes, 24 de junio de 2014

Armónicas en vivo

Estos dos discos acaban de ser editados de manera independiente y muestran los distintos caminos por los que se puede llevar a ese pequeño instrumento.

Francisco Salgado – Salgado y Asociados. Tal vez sea difícil para los bluseros interpretar el flamante disco de Francisco Salgado. No se trata de un armonicista común y su propuesta lo es aún menos. Estamos frente a una combinación de free jazz y blues, en la que la banda da rienda suelta a la improvisación por encima de los márgenes del género. Salgado construyó un álbum tan personal como innovador, dedicado a Juan Millones, un viejo maestro del blues rural que en los 90 lideró el trío The Acoustic Blues, junto a Walter Gandini y Sergio Fulqueris. Las influencias del blues más puro se notan en el trasfondo de las canciones. Su armónica desparrama notas un tanto abstractas, dejando huecos sonoros que rellena con la misma impronta el saxo –barítono o soprano según el momento- de Pablo Moser. La rítmica, en líneas generales aguerrida, se sustenta en la guitarra de Wenchi Lazo, el bajo de Guillermo Roldán y la batería de Sebastián Groshaus. Mmm…, el track 2, es una versión agresiva y desestructurada de I’m a woman, que solía cantar Koko Taylor, aquí interpretada por la extraordinaria Bárbara Togander. En Ragtime zombie Salgado cambia la armónica por el trombón y la banda se sumerge en el sonido de Nueva Orleans, para luego volver a la propuesta original con Blues invocado. El álbum fue grabado en vivo en Thelonius Club a fines del año pasado y cierra con una impactante versión de I wish you would, de Billy Boy Arnold, cantada también por Togander. Con este trabajo, Salgado explora los límites de la armónica más allá de cualquier convencionalismo. 

Gustavo Lazo & Friends – Acústico en el Auditorio del Oeste. Esta propuesta de Lazo es todo lo contrario al disco de Salgado. Aquí la intención fue reproducir el sonido tradicional. Lazo es un cultor del blues con una larga experiencia, que incluye pasos por diversas bandas. Esta vez, al frente de un grupo de amigos, encara siete clásicos del blues con mucha pasión. Si bien el disco se presenta como acústico es una verdad a medias, el hammond de Matías Coco se hace presente en algunos temas y la guitarra de Juan Ignacio Acedo aporta una cuota eléctrica por sobre el ritmo del bajo desenchufado de Ramiro Fa. El show comienza con No more doggin’, de Rosco Gordon. en la que Lazo canta como arrastrando las palabras, como solía hacerlo Sonny Boy Williamson, y sopla unos agudos nítidos, mientras que el piano de Coco y la guitarra de Acedo llevan la melodía por el sendero más clásico. En Help me, justamente de Sonny Boy, aparece el hammond en todo su esplendor y la armónica se desplaza por encima de ese colchón rítmico. Key to the highway se percibe más perezosa que otras versiones, y en T-Bone shuffle recuperan el estirpe del comienzo, con un gran swing por parte del guitarrista. En Up in the line, de Little Walter, la banda se pone más firme y la guitarra suena férrea. Ahí se suman la cantante Eva Sleiman Eeberhard y el saxo tenor de Mariano Cosimato, que refuerza las líneas del bajo. Lazo se despide con dos clásicos del blues de Chicago, Who’s been talkin’ y I’m ready, y deja bien en claro su misión: preservar la tradición.

3 comentarios:

Francisco Salgado dijo...

Muchas gracias, la reseña está buenísima. Un abrazo!

Damián Martín Duflòs dijo...

Excelente!

Gustavo Lazo dijo...

Gracias por la reseña Martin , esta muy buena !!! Te mando un abrazo !