En noviembre de 2011 asistimos a uno de los shows de blues más contundentes y fenomenales que podamos recordar por estas tierras. Rick Estrin and The Niughtcats sacudieron La Trastienda y nos dejaron a todos rogando por más. En lo colectivo, la banda sonó compacta, sólida y perfectamente ensamblada. En lo individual, Estrin mostró toda su destreza con la armónica y un notable estilo para cantar sus blues, y el guitarrista noruego Kid Andersen sorprendió con una técnica monumental. Ahora, el sello Alligator acaba de lanzar un álbum en vivo demoledor, insuperable, que nos da un poco más de ellos para saciar nuestra sed blusera.
You asked for it… Live fue grabado en el bar Biscuits and Blues, en la ciudad de San Francisco, el 5 de octubre de 2013, y confirma que lo sucedió aquí en Buenos Aires no fue azaroso o casual, sino que es así cómo estos muchachos tocan cada vez que se suben a un escenario. El cuarteto, que además integran el bajista Lorenzo Farrell y el batero J. Hansen, es una máquina precisa y vibrante, que combina una sofisticada ingeniería sonora con muchísimo sentimiento.
El álbum tiene 13 temas, todos compuestos por ellos, salvo por el último track, Too close together, del legendario armonicista y máxima influencia de Estrin, Sony Boy Williamson. El presentador pregunta: “¿Están listos para el blues?” y los aplausos anteceden a los primeros acordes de Handle with care, un shuffle que Estrin lleva con mucho swing, mientras Andersen filtra unos licks de su guitarra, apuntalado en una rítmica muy aceitada.
Estrin es un gran frontman, además de cantar y soplar su armónica bromea con el público produciendo un show mucho más amigable e integral. Andersen es un violero tan versátil que conmueve escucharlo en cada una de sus intervenciones, no sólo en sus punteos sino también por la sutileza de su rítmica. Por ser la única guitarra, tiene un rol esencial y su contribución al sonido de la banda es fundamental. A esta altura ya nadie extraña a Charlie Baty, extraordinario guitarrista si los hay, porque lo que hace Andersen es revolucionario. Eso se percibe con más intensidad en sus solos en Baker man blues, cantada por Hansen, y en Don’t do it. Y ni hablar cuando se sumergen en un blues extenso y profundo como Never trust that woman, donde Andersen parece completamente absorbido por el espíritu de Mike Bloomfield, mientras Farrell suma una dosis de groove desde el hammond. El cierre, como ya anticipé, es Too close together y ahí rompen el molde de lo que venían haciendo. Estrin con su armónica y Andersen desde el contrabajo llevan el blues a su estado más puro.
Esta banda debe ser una de las pocas que, a pesar del paso del tiempo y los cambios en su formación, incluso hasta de nombre, se mantiene en gran forma. En este disco en vivo, que va camino a ser uno de los mejores del año, ratifican que pasado, presente y futuro es una amalgama de buen blues que no tiene marcha atrás.