viernes, 10 de mayo de 2013

El Rey de la armónica

James Cotton tiene 77 años, su movilidad es reducida por un excesivo sobrepeso y hace tiempo que ya no puede cantar como solía hacerlo por un cáncer de garganta que sufrió tiempo atrás. Pero esos no son impedimentos para que siga soplando su armónica como muy pocos pueden hacerlo sobre la faz de la tierra. Cotton es un bluesman de estirpe. Tiene una historia riquísima, no sólo por haber integrado la banda de Muddy Waters, sino por mérito propio. Ahora, acaba de lanzar un álbum extraordinario, rodeado de grandes músicos y una excelente producción. Para algunos, como Steve Leggett (Allmusic.com) o Howard Reich (Chicago Tribune) es uno de los mejores discos de su carrera.

Cotton mouth man, editado por el sello Alligator, es la continuación de Giant, álbum que estuvo nominado al Grammy en 2010. Al igual que en aquél, aquí también se rodeó de excelentes músicos invitados. La primera estrella que aparece es Joe Bonamassa. El guitarrista rockea con el maestro en el track que da nombre al disco mientras Darrell Nulisch canta: “Ya escucharon el T-Bone shuffle y también el Texas hot / ya estuvieron en el Checkerboard lounge tomando un whisky on the rocks /Ahora ajústense los cinturones para una Mississippi jam con el increíble Cotton mouth man”. Luego, la voz curtida de Cotton anuncia: “Midnight train to Mississippi” y su armónica se lanza como una formación a todo vapor. La banda se suma al poderío del southern rock por el aporte inestimable de la voz y los teclados de Gregg Allman.

Keb’ Mo canta el primer blues neto del álbum, Mississippi Mud, mientras la armónica sobrevuela los campos de algodón y las aguas fangosas del Delta por encima del piano magistral de Chuck Leavell. En He was there no hay invitados y Cotton sale a la cancha con la misma banda que vendrá a Buenos Aires: Nulisch en voz, Tom Holland en guitarra, Noel Neal en bajo y Jerry Porter en batería, más la guitarra rítmica de Rob McNelly. No hay respiro: Warren Haynes embiste con su voz poderosa y un slide criminal en Something for me, mientras Cotton sopla y sopla con un vigor sobrenatural. En Wrapped around my heart bajan unos cuantos decibeles: la guitarra de Tom Holland hace la intro y despliega la alfombra roja para la voz estelar de Ruthie Foster.

Nulisch sobresale en el shuffle crispado Saint on Sunday que da paso a la presencia de Delbert McClinton, quien canta e ironiza en Hard sometimes, un blues compuesto por él que recuerda al legendario Jimmy Reed. Young bold women tiene ese repiqueteo sonoro clásico de Nueva Orleans y en Bird nest on the ground, tema de Maurice Dollison que supo cantar Muddy Waters, Nulisch y Cotton demuestran una sinergia brutal.

James Cotton y Darrell Nulisch
Wasn’t my time to go comienza con el contrabajo marcando un ritmo cansino y Keb’ Mo se suma con su canto anunciando que todavía no es su hora de morir. Sobre el final, Nulisch canta por Cotton: “El doctor me dijo que tocar blues es bueno para mí, me dijo que siga soplando hasta que cumpla 102”. El final es brillante: Cotton hace un esfuerzo enorme y canta Bonnie Blue con una voz ajada pero llena de sentimiento por sobre la resonator guitar de Colin Linden. Su armónica agrega unas líneas inmejorables que nos trasladan sin escala a lo más profundo del Delta.

Cotton mouth man está destinado a ser uno de los mejores discos de su carrera porque combina magistralmente el pasado con el futuro del blues. Eso se debe en parte al trabajo del productor Tom Hambridge, quien también coescribió muchos de los temas con Cotton. En una semana recibimos dos grandes noticias del Rey de la armónica: nuevo disco y show confirmado el 30 de julio en La Trastienda. ¿Qué más podemos pedir?


9 comentarios:

Tana Spinelli dijo...


Genial!

Mississippi Danny dijo...

"Keb’ Mo canta el primer blues neto del álbum, Mississippi Mud, mientras la armónica sobrevuela los campos de algodón y las aguas fangosas del Delta por encima del piano magistral de Chuck Leavell." coincido aca martin, unico momento alto del disco. buena reseña.

Damián Martín Duflòs dijo...


Espero poder verlo.... Por primera vez! Cotton ya es leyenda. Es un pilar en la historia de la armónica de blues, tiene un sonido propio e inconfundible! Larga vida al maestro!

Darío Soto dijo...


Nooooooooooo que buenoooo!!! me emociono la reseñaaa!! quiero escuchar ya ese disco, toda esa gente juntaa! parece irreal!!ja, va a venir darrell a la trastienda con cotton, va a ser increíble!!!

Adrian Legaspi dijo...


Tengo que escuchar ese disco!

Gustavo Lazo dijo...


Excelente reseña !!! tengo que tener ese disco !!!

Unknown dijo...

Nunca lo pude ver en vivo y ojala en la trastienda pueda cumplir este anhelo .Fantastica reseña para acompañar la correspondiente escucha
Un abrazo

AntonioR dijo...

Me ha encantado tu reseña y he puesto un enlace en mi blog:

http://bluesandblues2012.blogspot.com.es/

El disco me ha emocionado, la armónica suena como si la soplara un chaval de 20 años y el tema final cala hasta los huesos. Sin duda, el rey de la armónica, saludos.

Ale dijo...

Lo escuché y me impresionó. El anterior, Giant, no dejó tan buena impresión como éste en mí. Suena poderoso, moderno, y con una energía poderosísima.

Por suerte pude verlo en vivo la útima vez que vino, un sueño cumplido.

Para mi es un pilar, la persona que me llevó a querer tocar la armónica con su disco Deep in Blues.

Grande Mr Superharp!