martes, 31 de enero de 2012

El padrino

La influencia de Willie Dixon en el desarrollo del blues moderno fue decisiva e indiscutible. No por nada se ganó el apodo del Padrino del blues. Compuso los temas que hicieron brillar a los grandes. Muddy Waters, Howlin’ Wolf, Bo Diddley, Little Walter, Koko Taylor, Little Milton y Eddie Boyd, entre tantos otros, se nutrieron de sus canciones. Dicon fue un compositor, arreglador y productor extraordinario, uno de los tipos que, juntando cuatro o cinco palabras, elaboraban frases que definían al género. “El Blues es la verdad de la vida, expresada en palabras y canción, inspiración, sentimiento, y la comprensión”, solía decir.

Junto a Muddy Waters en 1977.
Sus canciones –Hoochie coochie man, Little red rooster, I just want to make love to you, Spoonful, Back door man, I can’t quit you baby, You shook me- trascendieron a su época y su zona de influencia. De Chicago en los años cincuenta volaron sin escala a Inglaterra y California una década después. Fueron readaptadas por los Rolling Stones, John Mayall, Cream, Led Zeppelin, Jeff Beck, The Doors, Canned Heat y la Paul Butterfield Blues Band, por solo nombrar a algunos.

Pero más allá de ser un creador alucinante, también fue un gran contrabajista y un buen cantante, aunque su carrera solista nunca logró despegar del todo. En 1989, Chess Records editó una caja con dos discos que cubría gran parte de su carrera, pero que se nutría especialmente de interpretaciones de otros. No es fácil dar con los discos solistas del gran Willie: uno de los mejores, Catalyst (1973), es imposible de conseguir. Fue descatalogado hace muchos años y sólo los viejos coleccionistas lo han podido disfrutar.

Tal vez su álbum más popular es I’am the blues (1970). Allí interpreta sus clásicos, rodeado por una banda a la que llamó The Chicago All Stars. Otro disco imprescindible es el que grabó junto al pianista Memphis Slim en París, en 1962. Se trata de una presentación en vivo en la que ellos están acompañados solamente por el baterista francés Philipe Combelle. Lo bueno de este trabajo es que el repertorio es diferente al habitual y el contrabajo de Dixon forma una dupla fascinante con el piano de Slim. Otra buena forma de llegar a Dixon en vivo son los discos del American Folk Blues Festival, especialmente los de los años 1963, 1964 y 1970. También está el excelente álbum editado por Columbia, The Big Three Trio, con grabaciones anteriores a 1952, muy diferentes y más primitivas a sus creaciones para el sello Chess.

Como todo mortal, en un determinado momento de su vida, tuvo que enfrentar una enfermedad: con el tiempo la diabetes hizo mella en su cuerpo, en sus últimos años sufrió la amputación de una pierna que lo obligó a dejar los escenarios y lo postró en una cama. El 29 de enero de 1992 murió mientras dormía en su casa de Burbank, California. Tenía 76 años. Dos años después fue incluido en el Rock and Roll Hall of Fame. Hoy a 20 años de su muerte, su legado está más vigente que nunca. Sus canciones se siguen tocando de norte a sur y oeste a este, y su nombre nunca podrá ser desasociado de la palabra blues.

2 comentarios:

Ale Gallo Negro dijo...

Un referente e inspiración de muchos. No sería lo mismo el Blues sin él.

Anónimo dijo...

Hola Martin,le escribo desde Freyre Pcia de Córdoba, me permito agregarle otro disco solista de Willie Dixon,que a mi me gusta mucho, se llama Hidden Charms del año 1988
saludos
Carlos carignano