sábado, 20 de marzo de 2010

Crazy Heart


Por René Roca

Anoche vi Crazy Heart, la película con la que Jeff Bridges ganó un Oscar. Él está bien, hace una actuación bastante aceptable, aunque me dio la impresión de que es un borrachín de base y que simplemente se maquilló para el papel. En fin, la película no dice mucho, es una historia tranquila de un hombre que trata de salir adelante y recomponer una vida semi miserable (me gustó más El Luchador, de Micky Rourke). Pero el asunto acá no es hacer una crítica cinéfila, oficio que desconozco, sino contarles que lo único que me provocó este film fue unas irrefrenables ganas de beber whisky.

Apenas puse stop, me abalancé sobre la alacena a la búsqueda de algún dorado elixir o un bourbon lija gargantas (pretendía cantar un amargo blues a la luna después del tercer vaso). Pero nada. Mi bar es patético: un fernet Vittone, un gin Hiram Walker y un ron en el que flotan cosas (en una época lo usaba para flambear panqueques, pero ya ha perdido toda combustión). Busqué otras opciones y abrí las puertas debajo de la bacha de la cocina, y ahí, muy oculta, pero asomándose para que yo la picara en el juego de la escondida, una delgada botella de vodka Orloff. Estaba llena. Esa torpeza solo podría ocurrir si alguien, que no era yo, la hubiera olvidado el día de mi cumpleaños. La emoción de haberla encontrado fue suficiente como para pre embriagarme sin siquiera desenroscar la tapa. Casi automáticamente, saqué de la heladera tres enormes pomelos a punto de pudrirse (digo a punto por lo optimista que estaba en ese momento). Enrosqué con ganas sus mitades en la juguera y obtuve medio vaso de los grandes. Eché tres piedras y lo anegué de vodka, lo que me obligó a tomar el primer sorbo sin levantarlo.

En el patio había colocado la notebook sobre la mesa, el trago infernal y un disco de Dr. John. Encendí un tremendo Montecristo y, mientras se maridaba con el ruso sabor, me olvidé de Bad Blake (el personaje de Jeff Bridges) y me acordé de Ben Sanderson (Nicolas Cage) en Adios a Las Vegas.

6 comentarios:

andrés anroch dijo...

"Si quieres que te diga la verdad… no sé si mi mujer me dejó porque bebía, o bebo porque mi mujer me dejó" (Ben Sanderson)

Qué grande este René!

Anónimo dijo...

Tomo para no enamorarme / me enamoro para no tomar

Martín Onetto dijo...

Consulta de ignorante que no vio la peli: ¿se puede comparar con sweet and lowdown???? Supongo que nada que ver, pero pregunto...

Marcelo Cornú dijo...

jajajaaa!!! será choborra o está tan bien actuado q pensás que es así?.... saludos!

Grace Pousá dijo...

Que peligro el personaje...!!!!! contagioso..!!! jajjjajjjajaa

Martín Sassone dijo...

Vi la película y me pareció buena. El final no me gustó. La de El Luchador es más cruda me parece desde el punto de vista estético. Esta está un poco más lavada. Igual Jeff Bridges está 10 puntos.