Existen vinos buenos, malos, caros y baratos. Hay vinos tintos, blancos y rosados. Algunos son dulces y otros no. Hay vinos de guarda. Están los que pasan meses en una barrica y los que van del tanque de acero inoxidable directamente a la botella. Hay vinos frescos, untuosos, frutales. Están los reforzados. Los alicorados y los ice wine. Pueden venir en tetra-brick o en distintos tipos de botellas. Con tapa a rosca o corcho. Hay vinos argentinos, chilenos, franceses, italianos, australianos, californianos, españoles, sudafricanos. Y ahora, para la sorpresa de todos, hay un vino antisocial.
Sí. Vino antisocial. Iba a decir “lo que faltaba”, pero tampoco es nuevo, sino que es del siglo XIX. Navegando por Internet me topé con un artículo del diario español ABC. Y como muchas de las cosas antisociales de este mundo (los Sex Pistols, los Piratas, Margaret Thachter), surgió en Gran Bretaña. Se llama Buckfast y es un vino tónico con 15 por ciento de graduación alcohólica, dulzón y con mucha cafeína. A pesar de que lo elaboran monjes benedictinos, del sudoeste de Inglaterra, se convirtió en la bebida de los pendencieros y vagos, aquellos que atentan contra el orden preestablecido, sostienen los ingleses.
La botella vale 5,45 libras (casi 9 dólares) y los jóvenes ingleses que la consumen lo llaman Buckie o Commotion Lotion. Para los conservadores y aquellos que tienen un buen nivel de vida, el Buckfast es “insignia de orgullo entre quienes están implicados en conductas antisociales”.
Según ABC, Escocia es donde más se consume. Y la Policía sostiene que uno de cada diez delitos cometidos en los últimos tres años fueron protagonizados por personas que acababan de beber Buckie. Además la botella fue utilizada como arma en 114 ocasiones. “Expertos aseguran que cada botella contiene tanta cafeína como ocho latas de Coca-Cola, lo que en casos extremos de jóvenes que llegan a beber dos botellas al día genera una conducta de gran ansiedad y agresividad”, explica el artículo.
En Facebook hay decenas de grupos de fans de Buckie. La empresa que lo distribuye en Gran Bretaña advierte que “quienes se emborrachan con Buckfast simultáneamente beben otras bebidas alcohólicas” y que “de su falta de sentido común no son responsables los monjes”. Me pregunto cuál será nuestra bebida antisocial. ¿El vino de tetra? ¿La Quilmes (o Tres de Febrero, Ingeniero White, General Pico o como quieran llamarla)? ¿Criadores? ¿La Bols? ¿El Mezcladito? Quién sabe…
4 comentarios:
Puajjj
Cualquier bebida con alto contenido de estimulantes puede resultar antisocial si las consume alguien que fracaso en adaptarse a las normas preestablecidas, me parece.
Y adaptarse no significa ser ciegos, ya que en ese caso tendriamos que ser como la justicia argentina...
La justicia tiene que ser ciega en todas partes querido amigo
Disculpame no me explique correctamente, el consumo de drogas en el marco legal de nuestro país está asociado más a la delincuencia que a la enfermedad y no todos los adictos son delincuentes. Cuando mencione la ceguera lo hice pensando en los enunciados y no en la aplicación de la ley.
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