sábado, 28 de noviembre de 2009

Tributos

Rendir homenaje a los ídolos, a los inspiradores, a las máximas influencias es algo que se da a menudo en la música. Pero cuando artistas consagrados, que han influido a cientos de músicos y bandas, dedican un álbum a la música de alguien en particular es un verdadero acontecimiento. Aquí diez discos alucinantes que no deberían faltar en ninguna discoteca.

John Hammond – Wicked grin (2001). Acá tenemos un tributo a Tom Waits interpretado por uno de los mejores exponentes de la historia del blues blanco. Son trece canciones, doce de Waits y un gospel tradicional, interpretadas de una manera muy personal. Hammond fusiona el sonido del delta del Mississippi con la nocturnidad poética y bañada en whisky de Waits. Pero eso no es todo, la banda es un lujo: Doug Sahm, Augie Meyers, Charlie Musselwhite y Larry Taylor, más el plus de un par de apariciones del mismísimo Waits, quien además produce el disco.

Bryan Ferry – Dylanesque (2007). Este álbum lo escuché pocas semanas después de su lanzamiento. Estaba en Londres, entré en la Virgin de Picadilly Circus y me calcé los auriculares de una de las máquinas que tienen discos programados. Esa primera vuelta no me impresionó, pese a la tremenda versión de Just like Tom Thumb's blues. Pero después cuando lo volví a escuchar relajado y más tranquilo realmente lo entendí. Bryan Ferry homenajea a Bob Dylan desde su óptica, su experiencia rockera y su sonido. Dylanesque es un gran disco de rock.

Gilberto Gil - Kaya N'gan Daya (2002). Creo que no exageró. Este es el mejor disco de covers de Bob Marley. El bahiano tiene tanto reggae en su sangre que no entiendo cómo tardó tanto tiempo en sacar un álbum así. Este disco es óptimo para cualquier ocasión. No importa si vas en el auto, si estás en una fiesta, si estás solo o con amigos en tu casa. De día o de noche. Pilas o crazy. Algunos de los temas están en inglés y otros en portugués, como Lively up yourself. También está el disco en vivo, aunque ese no sólo contiene versiones de Marley.

Dr. John – Duke Elegant (2000). Gran disco de Dr. John. La música de Duke Ellington está aquí acariciada por un suave ritmo funky y el piano New Orleans style de Dr. John. El comienzo del álbum con On the Wrong Side of the Railroad Tracks es una buena medida para saber que nos espera después. Dr. John es un gran músico, uno de los grandes secretos de la música sureña y pantanosa de Nueva Orleans. Y Ellington es uno de los compositores más importantes del siglo XX. Una gran combinación.

Eric Clapton – Me and Mr. Johnson (2004). Hay muchos discos dedicados enteramente a la música y el mito de Robert Johnson como por ejemplo los de Robert Lockwood Jr., John Hammond o Peter Green, entre otros. Pero elegí este de Clapton porque por su fama y trascendencia seguro acercó la música de Robert Johnson a muchos más oídos. Son grandes versiones de un guitarrista que está obsesionado con el blues desde hace más de cuatro décadas. Si les gusta éste, busquen después su secuela: Sessions for Robert J.

The Gil Evans Orchestra – Plays the music of Jimi Hendrix (1975). También hay varios tributos a Jimi Hendrix, pero éste se destaca por los arreglos de Evans. Nueve temas, no todos de los más conocidos del guitarrista, reinterpretados con una orientación rockera y un toque de improvisación jazzera. Por momentos la orquesta de 18 músicos suena muy funky, tres guitarras, wah-wah, y un sonido setentoso muy cool. A Hendrix le hubiera encantado.

Albert King - Blues For Elvis (1970). Las canciones de Elvis Presley con el sonido de Albert King y su guitarra Lucy. La esencia de Memphis brota desde el comienzo hasta el final. Grabado para el sello Stax, contiene nueve temas del Rey del Rock: desde All shook up hasta una versión sublime de Don’t be cruel. El clásico estilo de Albert King está acompañado por una noble sesión de vientos y la solidez en bajo de Donald “Duck” Dunn. Originalmente el álbum tenía otra portada con el nombre de Blues for Elvis: Albert King does the King’s things.

B.B. King - Let the Good Times Roll (1995). B.B. es el Rey del blues y Louis Jordan fue el Rey del jump blues. Aquí tenemos un disco altamente recomendable, con mucho swing y buen gusto. En los noventa B.B. sacó un disco atrás de otro. Duetos, nuevas versiones y éste homenaje a uno de los músicos más importantes de la década del cuarenta, intérprete de clásicos como Ain't nobody here but us chickens y Caldonia. Hay que señalar que Lucille no tiene un rol protagónico ya que B.B. King se concentró en su forma de cantar.

Gary Moore Blues for Greeny (1995). Cuando Peter Green dejó Fleetwood Mac a comienzos de los setenta le prestó su Gibson Les Paul 1959 a Gary Moore. Tiempo después Moore se la compró. Y en 1995 le rindió tributo al guitarrista que más lo influyó. Blues for Greeny es un gran disco en el que el blues power del irlandés brilla con canciones de Peter Green como If you be my baby, Merry-go-round y Love that burns.

Steve Earle – Townes (2009). Es posible que este sea uno de los mejores discos del año. Esencialmente acústico, Townes es un homenaje del alumno al maestro. Es un disco profundo y sentido. Por momentos despojado y campestre. Solitario. Bucólico. Ningún otro músico podría haber captado el espíritu de Townes Van Zandt como Steve Earle. Un muy buen álbum para descubrir la música de Van Zandt y la magia de Steve Earle.

2 comentarios:

Maxi! dijo...

Tomo buena nota. Hay dos que tengo en el punto de mira, Gilberto Gil - Kaya N'gan Daya, del que he oído y leido cosas muy buenas y el Bryan Ferry – Dylanesque , y es que soy gran fan de las covers.

Grace Pousá dijo...

Muy interesante...sigo tomando clases...!!!