En febrero de 2017, con Gabriel Grätzer emprendimos un viaje de poco más de una semana por el sur profundo de los Estados Unidos, con el objetivo de presentar de nuestro libro Bien al Sur-La historia del blues en la Argentina, algo que hicimos en la sede de la Blues Foundation en Memphis y en la Biblioteca de la Universidad de Mississippi. Entre una presentación y otra, nos subimos a un auto y recorrimos los caminos del blues. Pasamos por los míticos lugares donde, el siglo pasado, músicos como Charley Patton, Tommy Johnson y Memphis Minnie, entre otros, escribieron la historia grande del género. Ahora, Grätzer transformó esa experiencia en un proyecto musical interactivo.
Grätzer, quien
lleva más de tres décadas activo y es reconocido como el embajador argentino
del blues en el mundo, acaba de lanzar un disco, con un novedoso formato, en el
que repasa algunos de los grandes temas del blues de pre-guerra siguiendo la
ruta de los pueblos y ciudades que visitamos en aquel viaje. Más allá de que
las canciones se puedan escuchar en plataformas como Spotify, lo interesante es
acceder a www.mississippiroad.com
para poder acompañar la música con mapas, videos, fotos y texto.
El
guitarrista y cantante comienza este viaje imaginario por la ciudad de Memphis,
en el estado de Tennessee, con una versión de Dough Roller Blues, un tema que Garfield Akers registró en las
míticas sesiones del Hotel Peabody en 1930. El recorrido sigue hacia el sur y
llega a la pequeña localidad de Walls, al norte de Mississippi, donde descansan
los restos de la legendaria Memphis Minnie y el músico argentino la homenajea
con Don’t Want No Woman en el que
aporta su voz la cantante An Díaz, también protagonista de parte de ese viaje
de 2017. Juntos recrean el dueto que Memphis Minnie hacía con su marido Kansas
Joe McCoy. En ambos temas acompaña Juan Codazzi en guitarra.
Luego sigue por Titwiler, donde W.C. Handy se inspiró para escribir su clásico Yellow Dog Blues, un momento crucial en la historia del blues. Avanzando por la ruta 49, aparece el pequeño pueblo de Drew, donde un siglo atrás emergió la figura de Tommy Johnson, y para ello Grätzer interpreta uno de sus temas más emblemáticos: Cool Drink of Water. La siguiente parada es en Dockery Farms, otra posta clave en el desarrollo de esa música, porque allí surgió Charley Patton, autor de Banty Rooster Blues, que el músico argentino repasa con solvencia y mucho feeling. Por la 49 hacia el sur, pasando Yazoo City, aparece el pequeño poblado de Bentonia, donde se formó uno de los músicos más carismáticos y e influyentes de la historia del blues, Skip James. Grätzer lo recuerda con una monumental interpretación de Hard Time Killing Floor.
Una de las
últimas paradas es Jackson. Grätzer desempolva su mandolina para interpretar (Still) Ain't no Good, que Bo Carter y Charlie
McCoy grabaron bajo el nombre de Mississippi Blacksnakes, y se nutre del
acompañamiento de Codazzi en guitarra y Gabriel Cabiaglia en washboard. Finaliza este viaje
imaginario con la antigua balada Stack O’Lee,
en la alejada comunidad de Avalon donde vivió Mississippi John Hurt.
Pero hay algo más: el bonus track es un video del mano a mano musical que tuvo con Jimmy “Duck” Holmes, dueño del Blue Front Café de Bentonia, uno de los pocos juke joints que aún siguen en pie. Grätzer tomó una vieja guitarra desafinada y Holmes se puso a improvisar con su voz cargada de blues.
Mississippi Road, así se llama el proyecto interactivo, es el
reflejo de la pasión de un artista por una música que a priori puede
resultarnos distante, en tiempo y en espacio, pero que en definitiva también describe
penurias y placeres que padecemos hoy y aquí. Como un antropólogo, Grätzer explora
los orígenes del blues y abre una puerta para poder volver a escuchar canciones
que nunca deberían caer en el olvido.
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