Queríamos empezar el año a puro blues y tuvimos mucho más que eso. Marcelo Ponce y Viviana Dallas nos dieron una lección de historia de la música negra en el primer Blue Monday de Bluscavidas de 2018. La noche de Sheldon se destacó por la selección de temas, la fusión de géneros y por sobre todas las cosas, los exquisitos arreglos de armonías vocales.
El show empezó a las 21.30 con Marcelo Ponce tocando y cantando Mama, talk to your daughter, inspirada en la versión de J.B. Lenoir. Cuando terminó se sumó Viviana Dallas y juntos cantaron Down in Mississippi, luego de explicar el contexto de segregación racial que dio origen a esa canción. Así pasaron de Lenoir a los Staple Singers, que son el eje troncal de la música a la que se volcaron hace tiempo. Con la aparición de dos de las tres Salmonettes, Camila Teodori y Paloma Scassano, explotaron las voces y el juego de armonías. El sonido se elevó y abrazó todo el salón. Por momentos parecía que sonaba una banda, pero apenas era un guitarra y cuatro vocalistas. El primer tema que interpretaron todos juntos fue For what is worth, de Buffalo Springfield que los Staple editaron a fines de los sesenta.
No fue el único clásico del rock que versionaron: también hicieron The last time, de los Stones; Drive my car y The word, de los Beatles; y A hard rain's a-gonna fall, de Dylan. Cada una de esas intepretaciones tuvieron el feeling de los Staple Singers y la pasión que le ponen ellos. Viviana Dallas es una tremenda cantante y las Salmonettes están ahí para hacerla brillar aún más. Y Marcelo Ponce es el arreglador y director musical, el motor del ensamble. El cancionero también incluyó dos temas de Blind Willie Johnson, Nobody’s fault but mine y Jesus make up my dying bed.
El dúo, además, contó con un invitado: Sergio Catalano sopló su armónica en Let’s do it again y Glory, glory hallelujah. Sobre el final siguieron meciéndose entre el góspel y el soul con Down in the river to pray, Freedom highway y I’m just another soldier antes de despedirse con el mayor éxito de los Staple Singers, Respect yourself. El local estaba lleno y eso ayudó a que todo saliera mejor.
Los Dallas-Ponce animan la escena del blues desde hace casi 30 años y en cada show vuelcan toda su experiencia para transmitir un mensaje que no prescribe con el tiempo. El universo de ellos se nutre de lo más puro de su alma, la música negra, ese núcleo que componen el blues, gospel y soul. Y a todo un espíritu didáctico y mucha onda.
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