lunes, 6 de marzo de 2017

El Club del Progreso


Es sorprendente la evolución musical de El Club del Jump. Hace apenas poco más de tres años era una banda en formación y hoy es un grupo de nivel internacional. Y no hay ni la más mínima exageración en esa sentencia. Alcanzaron un sonido prolijo y exquisito, un ensamble modélico y los arrebatos individuales de los hermanos Burguez, desde la guitarra o los teclados, son formidables. A todo eso le sumaron la composición y algunos de los temas que escribieron tranquilamente podrían pasar a ser parte del repertorio de músicos como Ronnie Earl o Sugar Ray Norcia.

Basta con escuchar Don't worry, el segundo tema del disco, escrito por Martín Burguez, para comprender de qué va la cosa. Martín se convirtió en un músico excepcional, claramente tiene un talento innato al que le agrega una cuota importante de sacrificio y dedicación. Porque para llegar a tocar así, con tanto swing y timming, hay que practicar y ensayar hasta que los dedos pidan clemencia. Pero no es sólo con la guitarra con lo que se destaca. Su canto encaja perfectamente en el molde del jump y el west coast.

Todo el disco tiene un sonido cuidado, no hay ni un bache y la rítmica, encabezada por Christian Morana en bajo y Gonzalo Rodríguez en batería, motoriza la dinámica aplastante de la banda y, cuando es necesario, allana el camino, con un pulso equilibrado, para que se destaquen los solistas. Checkmate cuenta además con dos invitados internacionales, los brasileños Camila Dengo e Iván Marcio. Ella canta una sensual versión de 5,10,15 hours, y él colabora en voz y armónica en el clásico Lonesome train. Nico Smoljan también sopla su armónica en Ain't got you, de Billy Boy Arnold, tal vez, el único tema Chicago del disco. Y luego están Yair Lerner en trompeta y Federico Álvarez en saxo que suman el poder de los caños en tres de las 14 canciones del disco.

El álbum, el segundo de la banda, cuenta también con algunas curiosidades que vale la pena destacar. La primera es la versión sublime y bluseada de La Calabresa, una canción tradicional italiana que Martín Burguez me contó que solía cantársela su abuelo. Los solos de piano y guitarra son realmente fantásticos. La segunda es Dance and feel the blues, un tema escrito por los hermanos Burguez inspirados en el sonido de Nueva Orleans, con un gran aporte de los caños. Y la tercera es Buffalo jump, en el que la banda muestra su potencial jazzero.

Checkmate es un álbum que no tiene desperdicio. Marca la evolución de una banda que sabe lo que quiere y cuál es el rumbo que debe seguir. Pongan el disco, sírvanse un whisky y disfruten de esta fusión fantástica de blues y swing.


5 comentarios:

Juan Cruz Barrueco dijo...

Muy buena crítica, excelente trabajo musical !!!

Cesar Valdomir dijo...

merecido pope!!alta banda!!

Fredy Poh dijo...

Excelente Disco Martín Los Felicito !!!!

Mariano Cardozo dijo...

Excelente todo El Club del Jump , será la banda número 1 del Blues en Argentina . He dicho

Ariel Figueroa dijo...

Tiene razón la crítica, los vi hace 15 días en valinor y están sonando genial!!!!!