La discografía de John Lee Hooker es una de las más desorganizadas de los músicos de blues clásicos. Eso se debe a que Hooker casi nunca respetó los contratos de exclusividad con las compañías discográficas y grabó con distintos seudónimos, muchas veces las mismas canciones, en algunas ocasiones solo y en otras acompañado por distintas bandas. Algo similar pasó con otros artistas como Elmore James o Lightinin' Hopkins, pero en el caso de Hooker es aún más marcado porque el volumen de lo que grabó es mucho mayor.
Es casi imposible saber cuántos discos de Hooker fueron editados con exactitud, entre álbumes de estudio, en vivo y compilados. Y, desde ya, elegir los tres o cuatro como los mejores no resulta para nada sencillo. Muchos coinciden en que algunos de sus más destacados trabajos son Plays and sing the blues, editado por Chess en 1961; Boogie Chillun, una grabación en vivo de 1962 que fue lanzada al mercado diez años después; Alternative Boogie: Early Studio Recordings 1948-1952, que Capitol Records sacó en 1995; o el álbum doble junto a Canned Heat de 1971. Pero entre tanto material, hay un álbum que no se puede dejar pasar: se trata del disco que grabó para el prestigioso sello de jazz ABC Impulse junto a experimentados sesionistas. Hooker resultó ser, además, el único blusero que dejó su nombre impreso en el catálogo de esa compañía que, en la década del sesenta, grabó a la crema de la crema del jazz: John Coltrane, Duke Ellington, Coleman Hawkins, Sonny Rollins, Art Blakey y Oliver Nelson, por solo nombrar a algunos.
It serves you right to suffer fue grabado el 23 de noviembre de 1965 en Nueva York y se publicó al año siguiente, hace 50 años. Como no tuvo la repercusión ni las ventas esperadas, su relación contractual con el sello no prosperó, pero el tiempo hizo justicia a esas ocho canciones. En ellas subyace lo mejor de Hooker, ese boogie hipnótico y cadencioso, con acordes sostenidos en el aire, como desafiando la gravedad y penetrando todos los sentidos. Un espectro emocional de compases entrelazados que serpentean un ritmo fulminante... en síntesis, Hooker en su máxima expresión.
Bob Thiele John Coltrane y Archie Shepp |
Panama Francis |
"Les pidió a los músicos que se relajaran y antes de empezar con Shake it baby, les dijo: 'Déjense llevar", detalló Dance. Justamente con esa canción, que ya había grabado en solitario unos años antes en Hamburgo, empieza el álbum. El repertorio sigue con Country boy y luego una excelente versión de Bottle up & go, al mejor estilo bailable de los jukejoints del Delta. Continúa con You're wrong y Sugar mama, antes de volver sobre un tema que ya había tocado en los cincuenta, Decoration day.
Money, de Barry Gordy Jr., es el único cover que interpreta. Su versión es mucho más oscura y sofisticada que la de Ray Charles, tal vez por la combinación del sonido de su guitarra con trombón de William Wells, única aparición en el álbum. Todo termina con It serves you right to suffer, "con la clásica introspección de Hooker y la receta antidepresiva que le da su médico: leche, crema y alcohol" tal como sostiene Mark Humprey en las notas del CD.
Hooker volvería a grabar con un músico de jazz más de dos décadas después y fue, nada más y nada menos, que con Miles Davis, en una mítica sesión de la que también participaron Taj Mahal y Roy Rogers, para la banda de sonido de la película The hot spot, dirigida por Dennis Hopper y protagonizada por Don Johnson. Pero aquella histórica reunión de 1965 demostró que Hooker, pese a que muchos tienden a encasillarlo y de alguna manera a aislarlo por su estilo tan visceral y único, era capaz de grabar con quien fuera, siempre y cuando esos músicos estuvieran a la altura de su leyenda.