domingo, 22 de febrero de 2015

Earle´s blues


Steve Earle es un músico de culto, un rocker campestre y renegado que editó 15 CD’s desde 1990, con algunas canciones críticas y concienzudas. Su historia da cuenta de una dura lucha contra las adicciones, de su relación musical con el gran Townes Van Zandt, y de sus apariciones en el cine y la tevé, colaborando en bandas de sonido –Secreto en la montaña, True detective y True blood- o como actor –The wire y Treme-. Ahora acaba de lanzar un nuevo álbum, el más blusero de toda su discografía, una verdadera joya que nos muestra otro costado de este fenomenal músico.

Con estas canciones Earle intenta exorcizar sus problemas y sus miedos. Son el reflejo de su séptimo divorcio y de viejos fantasmas que lo aquejan. La sombra de John Lee Hooker se hace presente como el humo negro de Lost y se cierne por sobre el repertorio con un voraz ritmo de boogie gutural. Earl exhuma también a los emblemas del blues texano, aparecen como retazos del pasado Lightinin’ Hopkins, Mance Lipscomb y Peppermint Harris.

El de Earl es un blues carnal, sudoroso. En Baby, baby, baby nos lleva por una ruta desierta que desemboca en un pueblo polvoriento de corazones rotos. En The Tennesse kid se topa con una encrucijada de caminos en la que la figura difusa de Robert Johnson le entrega su alma al Diablo. Y una brisa bucólica acaricia la angustia en Ain’t nobody’s daddy now. Rescata el sonido más clásico de los Rolling Stones en Go go boots are back, mientras la voz de Eleanor Whitmore irrumpe en Baby’s just us mean as me y nos lleva a la época dorada del vaudeville. King of the blues es el cierre perfecto: un hombre “que no puede encontrar el amor que no puede perder”. Así, hace catarsis a través de los doce compases.

El blues es la expresión más profunda del alma y Earl lo entiende de esa manera. No se guarda nada. También sus Dukes, que suenan como si estuvieran acompañando al mismísimo Howlin’ Wolf. Earl sopla su armónica, rasga su guitarra y canta su verdad. Cada palabra es tan auténtica como su música. Terraplane es su manifiesto.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Disfrutando estoy con Steve Earle. Ya voy con la segunda oida y no cansa. Lo que mas me gusta es lo variado de sus registros, tan pronto te hace un tema hookeriano, como rolling, hot tuna, una parte vocal a lo Tom Waits.
Podriamos decir que es el bluesman de los mil registros.
Todo un placer pasearme por este blog. Hasta la proxima.

Nacho dijo...

Sorprendente!!