El verano le
sienta bien a Montreal. Luego de muchos meses de un intenso frío y nevadas
apabullantes, los canadienses de esta parte del territorio, como supongo que
también lo hacen en el resto del país, salen a las calles con alegría y
desenfado. Pero tienen un motivo mejor que el calor para pasarla bien: la
música. Como todos los años, entre los últimos días de junio y los primeros de
julio se realiza el Montreal Jazz Festival, con conciertos gratuitos y algunos
shows pagos con artistas de primer nivel.
Las calles del
centro se cortan y la gente pasea entre escenarios montados a la vista de todos
y los teatros que están enclavados en la Plaza de Artes. Si bien se llama
Festival de Jazz, hace algunos años que dejó de ser exclusivamente dedicado a
esa música y tocan artistas tan diversos como Lyle Lovett, Feist, Bettye
Lavette y Aretha Franklin.
El miércoles
a la noche asistí a un recital memorable, con dos leyendas vivientes como
protagonistas. Abrió el concierto, que estaba pautado como “double bill”, nada
más y nada menos que Leon Russell. Acompañado por un trío (guitarra, bajo y
batería) tocó durante una hora y media un repertorio imponente, en su mayoría
con covers de la época dorada del rock roll, esas que sabemos todos.
Vestido con
saco blanco, sombrero del mismo color y una camisa que el prototipo de turista
gringo envidiaría, Russell subió al escenario apoyándose en su bastón. Se sentó
frente a los teclados y empezó con Prince of Peace, de 1971. Luego
vino la andanada de versiones: Baby what you want me to do, de Jimmy Reed; A
hard rain’s-a-gonna fall, de Bob Dylan; Wild horses, de los Stones; y Georgia
on my mind. Tres de sus mayores éxitos llegaron en simultáneo: Tight rope, Delta lady y A song for you.
Los interpretó con emotividad y una voz descomunal, aunque con el sintetizador
un poco estridente para mi gusto.
Tuvo tiempo
de contar una anécdota, de cuando empezó a tocar en los bares de Oklahoma
cuando tenía 14 años, En esa época, explicó, su héroe musical era Ivory Joe Hunter. “Yo deseaba tener un nombre tan impresionante como ese”, bromeó. Cerró
a todo rock and roll, con su guitarrista tocando la lap Steel y haciendo un
medley que incluyó Jumpin’ Jack flash, Paint it black, Papa was a rolling Stone
y Kansas City. El bis, ya con algunas personas bailando en los pasillos, fue Roll
over Beethoven.
Media hora
después, apareció en escena Dr. John y eso, para mí, marcó un antes y un
después en la música. The Night tripper fue presentado por Sarah Morrow, su
directora musical, tombonista y corista. La intro fue Call him the doctor y
enseguida lanzó los primeros acordes de su clásico Iko iko. Su voz nasal y
dominante sobrevoló todo el teatro de la Maisonneuve. Siguió con Renegade, un
viejo tema de su disco Tango Palace, de 1979.
Con una
banda imponente, Dr. John vertió todo su combo de Nueva Orleans, que no es otra
cosa que funky, blues, jazz, voodoo y una pizca de calipso. De su último disco,
tocó Locked down, Revolution, Ice age y Big shot, una detrás de la otra y con
muchísima intensidad. En ninguna de esas versiones se sintió la ausencia de Dan
Auerbach, guitarrista de los Black Keys e ideólogo de ese trabajo.
Los clásicos
vendrían después. Primero, con un ritmo híper funky, Right place wrong time. Para
Let the good times roll dejó el piano de cola y tomó una Telecaster. Volvió a
sentarse al piano para una aproximación muy personal de St. James Infirmary. Un
poco más jazzy regaló Love for sale. Cerró con la maravillosa Goodnight Irene,
de Leadbelly. En los bises, los miembros de Lower 911 hicieron un
solo cada uno como intro de Such a night. El Night tripper se fue ovacionado
caminando a pasos lentos como lo había hecho al comienzo. Eran las 23.30.
Afuera estaba húmedo e insoportable pero ya poco importaba eso. La música de
Leon Russell y Dr. John, dos leyendas vivas, se convirtió en un buen antídoto
contra todo.
5 comentarios:
Dos grandes!!!!!
te dije que te odio ultimamente ?
leonnnn que capo Hace
Creo que la única vez que te escribí algo fue el año pasado, pos Bonamassa en el Coliseo. Y a estas alturas ya no sé si es admiración u odio lo que siento hacia vos, ja! Buena onda. Me encanta el blog. Saludos.
Primero: QUE ENVIDIA TE TENGO! Que show debe haber sido Dr John & Leon Russel!
Segundo: muy, pero muy bueno el blog !
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