Hace 100 años nacía Robert Johnson, el hombre que con su guitarra y su mito cambió definitivamente la historia del blues.
Según la leyenda, Robert Johnson era un músico mediocre y errante que luego de una larga ausencia reapareció tocando su guitarra de una manera magistral e innovadora para la época. Los rumores del momento hablaban de un pacto con el mismísimo Satanás en una encrucijada de caminos, fábula que fue alimentada en parte por las oscuras letras de sus canciones y por su temprana muerte, en 1938 y bajo misteriosas circunstancias.
La música de Robert Johnson es el núcleo central del rock and roll, es la verdadera semilla, el inicio mismo de todo. Canciones como Sweet Home Chicago, Come on in my kitchen, Love in vain, Traveling riverside blues, Stop breaking down, Crossroad blues, Ramblin’ on my mind y Dust my broom inspiraron a la crema de la crema del rock. Los Stones, Eric Clapton, Led Zeppelin, Allman Brothers, Steve Miller y Grateful Dead, por solo nombrar a algunos, grabaron versiones de sus temas y siempre destacaron su influencia. “Robert Johnson es para mí el más importante músico de blues que jamás haya existido. Era verdadero, absoluto y jamás encontré a alguien que llegara tan adentro con su música”, dijo Clapton. “Su música fue como un cometa o un meteorito que llegó a mi vida como un boom”, comentó Keith Richards.
En lo personal recuerdo aquellas noches de comienzos de los noventa, en las que le daba vuelta una y otra vez a los cassettes del sello Columbia en mi viejo equipo Philips. Horas y horas escuchando esas canciones y sus versiones alternativas, que fueron grabadas en dos sesiones entre 1936 y 1937. Yo todavía no había cumplido los 20 años y la figura de Robert Johnson ya me había absorbido. Aquellos eran días en los que no existía Internet y la única forma de conocer más sobre su historia era buceando en bibliografía que no era fácil conseguir.
La vigencia de Robert Johnson hoy sigue intacta en los que lo escuchamos desde hace mucho y en los que empiezan a descubrir su música, un siglo después de su nacimiento.
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