lunes, 5 de abril de 2010

London blues

La noche en Londres está helada. Cae una leve llovizna, persistente y peleadora. Las manos se entumecen y la ropa de invierno parece no abrigar lo suficiente. Los pubs están repletos de ingleses que sostienen los grandes vasos de cerveza con ímpetu. A nosotros el blues nos llama. No hay tiempo de hacer un alto en un pub. Nos bajamos del underground en Oxford Circus y caminamos hasta la mítica Carnaby Street, en Covent Garden. Doblamos a la derecha en una cortada y llegamos a Kingly Street. A media cuadra se ve gente en la calle. Cuando nos acercamos notamos que están todos fumando. El de seguridad, un tipo negro y grandote al que le gustaría parecerse a Mohamed Ali, nos mira con recelo pero nos deja pasar. Por ser domingo es gratis. Así que las pocas libras que llevamos serán invertidas en cerveza tirada. El bar se llama Ain’t Nothing but... y eso es suficiente para nosotros.

Pasó el fin de semana en Londres y los planes que tenía –ver a Son of Dave y a James Hunter- se complicaron por distintos motivos. De última apareció la posibilidad de ir a éste bar a ver a Franck Ash, un guitarrista del cual la única referencia que tenía es que tocó en la banda de Screamin’ Jay Hawkins, y la aprovechamos. La decoración del lugar es la de un típico bar de blues. Pósters de shows y fotos de músicos por todos lados. Muddy Waters, John Lee Hooker, John Primer, Bo Diddley, Willie Dixon. Están todos. A la derecha hay una barra muy completa: variedad de whiskys, ron, vodka... En el centro unas diez o doce mesas y un pequeño escenario en el fondo. Para nuestra sorpresa el bar está lleno de gente. Pedimos unas cervezas -unas Murphy's y una bock cremosa que no recuerdo el nombre- y nos ubicamos a unos cinco metros del escenario. Comienza el show.

Ash es un guitarrista zurdo y veloz. Por momentos su mano izquierda va tan rápido que parece que va a desaparecer. Canta muy bien, con mucho soul. Tiene una buena voz. Si bien al principio parece parco, al final juega y hace cantar al público. Combina el blues de Chicago con el Texas style. El repertorio de canciones, en su mayoría, está compuesto por clásicos y algunos temas más modernos: Corrina, I’d rather drink muddy waters, Pack it up, Dust my broom y Somebody have mercy. Más de una hora de blues a pleno en un gran lugar es suficiente para nostros. Nos abrigamos y salimos. El frío sigue implacable pero al menos ya no llueve. Afuera, los fumadores conmueven. Resisten el clima con pitadas largas y nerviosas. Se ve que el dueño del bar debe ser fumador y los comprende: si bien está prohíbido fumar en los bares por una orden municipal, montó un proyector que da contra la pared de enfrente en la que se puede ver el show. En el camino hacia el underground hacemos una parada para comprar unas deliciosas veggieburguers con queso de cabra. Subimos al metro. La noche, gran noche, llegó a su fin. Pero habrá más…

4 comentarios:

andrés a. dijo...

We have Irish Luck de tenerlo desde el viejo continente, Sir Sassone!

Muy buen post que nos permite teletransportarnos a la foggy London...vaya por más, que acá lo esperamos sus fieles lectores.

GOD SAVE MALBEC & BLUES.

Marcos Andrada dijo...

Muy bueno. A este no lo tengo pero voy tratar de bajar algo d el.

Anónimo dijo...

Muy buen post. Por un momento nos hiciste creer que estábamos ahí con vos! El frío, la lluvia, los fumadores, la cerveza murphy's...

Saludos desde la calurosa Romaa!!

VyM

Claudia V. Cipollone dijo...

Las fotos son tuyas también? Geniales!