Esta selección de tapas es un poco el reflejo de cómo en la música –al igual que en la literatura, el cine y otras artes- el concepto del azar es algo esencial. Para bien o para mal. La suerte, el destino, lo inesperado y la casualidad juegan, a veces, roles decisivos. Y las cartas son un símbolo. El juego y la magia se mezclan. Y en el póker se gana o se deja la vida. Aquí una pequeña exhibición de cómo la música lo muestra.
Kenny Rogers – The Gambler (1978). Con este disco Kenny Rogers se salvó. Bah, en realidad con el tema The Gambler. Porque después de eso, salvo por She believes in me que también fue un éxito, al disco no le sobra nada. La cuestión es que la canción The Gambler sonó y sigue sonando en todos lados; Hollywood la usó hasta el cansancio. Sin dudas para el barbado y campestre de Kenny fue una gran apuesta. Johnny Cash y otros habían grabado versiones de la misma canción antes y no tuvieron su éxito. La tapa es una parodia con el bueno de Kenny poniendo cara de que, con tal de ganar, está decidido a perderlo todo.
B.B. King – Deuces wild (1997). El rey del blues se rodeó de viejos amigos y notables figuras del mundo de la música para realizar este disco de duetos. Tal vez no sea su mejor trabajo, pero sin dudas es un álbum para tener porque no es fácil reunir en una sesión a Eric Clapton, los Rolling Stones, Van Morrison, Joe Cocker, Tracy Chapman, David Gilmour y Willie Nelson, entre otros. En la portada se lo ve a B.B. sonriendo como un verdadero rey de oro.
Otis Redding & Carla Thomas – King and Queen (1967). El gran Otis grabó este disco poco antes de morir. La compañía de Carla Thomas le dio una nueva frescura a su música. El álbum tiene grandes joyas del soul como Tramp, Knock on wood y Tell it like it is. De alguna manera, con este disco, el sello Stax siguió los pasos de Motown, que poco antes había editado a Marvin Gaye junto a Kim Weston. De hecho Otis y Carla interpretan una versión de un tema que ellos ya habían grabado: It takes two.
Phillip Walker – The Bottom of the top (1973). Este disco lo escuché por primera vez hace muchos años en la disquería Minton’s y me encantó. Recuerdo que en aquella época a mis amigos les hacía escuchar blues todo el tiempo y algunos me lo recriminaban. Hasta que les puse Hello my Darling de Phillip Walker y flashearon y con eso tuve mi tregua. Walker absorbió la música del golfo, ahí donde Texas y Louisiana se juntan, pero se radicó en Los Angeles y allí se consolidó como un gran guitarrista. Este disco es uno de los mejores que grabó. Aquí, se presenta como el Rey de corazones.
The Outlaws – Playin’ to win (1978). Sólo de casualidad esta tapa no entra en una selección de las peores de toda la historia. Para los que no conocen a esta banda, son originales de Florida y tocan rock sureño siguiendo los pasos de Lynyrd Skynyrd y Little Feat. Este disco marcó un quiebre en la música de los Outlaws, incorporaron sonidos pop y funky de la época pero sin dejar de lado el poderío de sus guitarras. Volviendo a la foto de tapa, qué les puedo decir… es malísima.
Dave Van Ronk – Gambler’s blues (1965). Van Ronk es un músico que me fascina. Lo descubrí hace unos años leyendo la biografía de Bob Dylan, donde se lo menciona como uno de sus máximas influencias. Dueño de una voz poderosa, Van Ronk encaminó su carrera interpretando folk y blues acústico, respetando las raíces. Este es un muy buen disco, muy pero muy difícil de conseguir, donde toca clásicos como Backwater blues, Careless love, John Henry y How long blues.
Chain – Two of a kind (1974). Chain es una de las bandas de blues australianas más populares. A lo largo de los años sufrió modificaciones y cambios profundos: en tres décadas pasaron más de cuarenta músicos. En este disco de mediados de los setenta la banda se reforzó con Mojo Buford y Pee Wee Madison, dos de los músicos que integraron la banda de Muddy Waters durante los sesenta. Blues del otro lado del mundo.
Lazy Poker – The Real Deal (2004). Hablando de blues de otras tierras, acá están los suizos de Lazy Poker. Al igual que los australianos, desde su formación, en 1975, tuvieron muchos cambios. A mediados de los noventa viajaron un par de veces a Chicago y grabaron con músicos como Steve Freund, Jimmy Johnson, Little Smokey Smothers y Maurice John Vaughn. En este disco, que en la portada presenta una escalera real, el mayor juego que se puede lograr en el póker, interpretan todos temas propios salvo uno: Ain’t no sunshine, el clásico de Bill Withers.
Varios artistas – Poker Lounge (2008). Este es un compiladri de cuatro discos, y cada uno de los cd’s tiene un eje. El disco dos, por ejemplo, se llama “Crooners & Divas” y hay temas de Louis Prima, Sammy Davis Jr., Ella Fitzgerald, Dean Martin, Frank Sinatra, Billie Holiday, Dinah Washington y Fred Astaire & Ginger Rodgers. El tres tiene como título “Jazz Standards” y hay canciones de Miles Davis, Django Reinhardt, Count Basie, Stan Getz y Art Tatum. Los otros dos son medio indescifrables. Igual, más allá de la seductora oferta de nombres, estos compilados no aportan mucho.
The Alan Parsons Project – The turn of a friendly card (1980). Me sacó el sombrero ante mi amigo (y excelente periodista) Carlos Galván. Me faltaba un disco para completar los diez y le fui a preguntar a él si recordaba alguno. No tardó un segundo en darme el dato. No me voy a extender mucho en este álbum porque la verdad escuché muy poco de Alan Parsons. Según All Music es uno de los mejores discos de la banda. Gracias Carlitos.
2 comentarios:
Nunca pensé que había tantas tapas de discos con naipes. Muy buena esta nota de tu blog!
Interesantisimo...!!! Nunca reparè en este tema..!!!
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