Hace 60 años, el rock and roll experimentó un nuevo Big Bang con el lanzamiento del primer LP de los Rolling Stones, un álbum homónimo que marcó un antes y un después en la historia musical, y forjó la leyenda de la banda que desafiaría las normas para conquistar el mundo. Allí estaban Mick Jagger y Keith Richards, también estaba Brian Jones, con un ascendente muy fuerte sobre la banda por entonces, los tres respaldados por la notable sección rítmica conformada por Byll Wyman y Charlie Watts, y bajo la tutela del manager Andrew Loog Oldham.
Los meses previos a la grabación estuvieron cargados de
trabajo y aprendizaje. La banda se había convertido en una sensación en los
clubes de Londres con su explosiva mezcla de blues, R&B y actitud
irreverente. En 1963, firmaron contrato con Decca Records y se embarcaron en la
aventura de grabar su primer disco. El estudio elegido fue Regent Sound. Si
bien ya habían pisado un estudio meses antes, para la grabación del single Come On / I Want to Be Loved y luego para el sencillo I Wanna Be Your Man / Stoned,
esta experiencia sería mucho más intensa y decisiva. Las sesiones de grabación
se extendieron entre enero y abril de 1964, con un ritmo frenético y una
energía contagiosa. Los músicos, con apenas 20 años de edad, estaban ansiosos
por plasmar su sonido en un vinilo de larga duración.
El trabajo en el estudio se caracterizó por la espontaneidad
y la experimentación. Oldham, con su visión aguda, guio al grupo mientras
exploraba diferentes estilos y sonidos. La mayoría de las canciones eran
versiones de clásicos del blues y del rock and roll, pero con su propio sello.
La guitarra punzante de Richards, la voz poderosa de Jagger, la batería precisa
de Watts y el bajo pulsante de Wyman se combinaron con los aportes de Brian
Jones, por su expertise como mulitinstrumentista y su profundo conocimiento de
la música negra, para crear una energía
electrizante.
El 16 de abril de 1964, el primer LP de los Stones llegó a las tiendas de Reino Unido y se convirtió en un éxito inmediato. Trepó al puesto número uno en los charts británicos, donde permaneció por 12 semanas. El 30 de mayo fue lanzado en Estados Unidos y enseguida se posicionó en el puesto 11 del ranking de Billboard.
El impacto de su primer álbum fue monumental. El grupo se
convirtió en un símbolo de rebeldía y libertad, y su música en la banda sonora
de una generación que buscaba romper con las tradiciones. Un profundo cambio
cultural estaba en marcha y los Stones aparecieron para disputarle el liderazgo
de esa movida a los Beatles, que entonces les llevaban una leve ventaja.
A diferencia de la producción meticulosa de la época, el
sonido del primer disco de los Rolling Stones es crudo y sin pulir. Las
imperfecciones y la energía bruta de la banda son parte de su encanto, algo que
se destacaba en sus actuaciones en vivo.
El álbum versión inglesa comienza con (Get Your Kicks On) Route 66, de Bobby Troup, quien escribió la
canción en 1946, que primero grabó Nat King Cole junto a su King Cole Trio, en
un estilo volcado hacia el jazz. Pero la versión que inspiró a los Stones fue
la Chuck Berry de 1961. Era la esencia misma del rock & roll.
El lado B comienza con I’m
A King Bee, escrita por Slim Harpo, uno de los músicos más de blues más influyentes
de la década del cincuenta. La versión es muy fiel a la original: sobresale el
deslizante sonido del bajo de Bill Wyman, Brian Jones se destaca con el slide y
Jagger con la armónica. Del blues pantanoso pasan al rock & roll más clásico
de Chuck Berry con una exquisita interpretación de Carol, para luego zambullirse en una balada pop como Tell Me (You’re Coming Back). El
siguiente tema está conformado por Can I
Get A Witness, canción con la que Marvin Gaye había brillado un año antes.
La penúltima canción sondea los campos sonoros del góspel.
Se trata de You Can Make It If You Try,
compuesta por Ted Jarrett y grabada Gene Allison en 1957. Y cierran a puro
Memphis con Walking The Dog, de Rufus
Thomas, uno de los emblemas del sello Stax.
La versión estadounidense del disco, a la que como título le
agregaron England’s Newest Hit Makers, difiere
de la inglesa porque dejaron afuera I
Need You Baby (Mona) para agregar
como tema incial Not Fade Away, en la
que realzan el sonido de Bo Diddley para transformarla en un gran éxito.
De la grabación participó activamente al piano Ian Stewart,
el sexto stone, pero que no era “uno más de la banda” por una decisión del
manager porque consideraba que su imagen no encajaba con la de todos los demás.
También fueron de la partida Gene Pitney y los miembros de los Hollies Graham
Nash y Allan Clarke que sumaron sus voces en Little By Little.
El álbum fue el inicio de una historia que sigue hasta el
día de hoy, con cientos de canciones enormes en el medio, las muertes de Brian
y Charlie, las deserciones de Wyman y Mick Taylor, y con el peso del rock &
roll que tanto Mick como Keith, y Ronnie Wood, saben llevar con mucha dignidad,
gracia y talento. ¡Larga vida a los Rolling Stones.
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