Mire mire que locura, mire mire que emoción, esta noche toca Bernard el año que viene tocan los Stones
Para cuando
Juan Ignacio Muñoz, el dueño de 40x5 Tributo Bar y reconocido fan Stone,
terminó de pronunciar unas palabras introductorias que apenas se pudieron
escuchar, densas nubes de humo cubrían el ambiente y la excitación del público estaba
en su punto de ebullición. Se corrió el telón y la silueta de Bernard Fowler
apareció en el centro de la escena. De espaldas al público comenzó a moverse al
ritmo de la banda y anunció: “Fiesta toda la noche”.
La sala del
teatro Vorterix estaba colmada por una tribu que no solo fue a rendirle
pleitesía a tremendo vocalista, sino que también fue a hacerle un pedido, casi
una súplica, un llamado desesperado para que le transmita a los Rolling Stones
que aquí, en el vértice inferior izquierdo del mapa mundial, hay un deseo
ferviente de verlos en vivo una vez más. Fowler vino a hacer la suya, un
documental, un disco de tango cantado en inglés, pero no puede desentenderse
del vínculo que tiene con el público argentino gracias a la banda británica.
Hacerlo sería tan absurdo como sacarse un pesado abrigo de piel en medio de una
tormenta de nieve.
Por eso no
fue indiferente al clásico cántico de ooohh
vamos los Stones y regaló una buena cantidad de versiones de temas de la
banda como la enérgica You Got Me Rocking, Tumbling Dice, Miss You y Jumping
Jack Flash, estas últimas dos con Jimmy Rip como invitado. También bluseó con
Honest I Do, de Jimmy Reed, que los Stones versionaron en sus inicios. Hubo
funk. También reggae, con una notable versión de The Letter, un clásico de los
sesenta de The Box Top, que, sobre la
marcha, como en su disco The Bura, mutó a Get Up Stand Up. Rindió homenaje a
David Bowie con The Jean Genie, con Carca como invitado en guitarra, Rebel, Rebel y una
superlativa versión de Heroes.
Durante las
casi dos horas que duró el show, Fowler mostró un tremendo registro vocal y
mucha personalidad arriba del escenario. Y también se notó que estuvo muy a
gusto con la banda, conformada por músicos a los que conoce muy bien: Pilo
Gómez en guitarra, Fabián Von Quintiero en bajo, Gonzalo “Gaita” Lattes en
segunda guitarra, Nico Raffetta en teclados, Carlos "Melena" Sánchez
en batería, más los coros de nuestras chicas del blues Florencia Andrada y Emma
Laura Pardo.
El cierre
de la noche tuvo más fervor Stone, con Sympathy For The Devil, con un grupo de
percusión sobre el escenario, y Satisfaction que hicieron delirar y bailar a las
1.500 personas que coparon Vorterix.
Fowler se
volverá a encontrar con los Stones el mes que viene para preparar la gira europea
que comenzará el 1º de junio en Madrid y podrá llevarles el mensaje para que vengan
el año que viene, que acá los esperan con ganas. La gente está, el emisario
también. Ahora faltan los capitalistas. Vamos muchachos… que 2023 vuelva a ser
un año Stone en la Argentina.
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