domingo, 4 de octubre de 2020

Enterrada viva en el blues


 
           Ruego piedad, rezó por la lluvia lluvia / No puedo ser yo quien acepte toda esta culpa / Algo aquí está tratando de contaminar mi cerebro / Estoy enterrado vivo en el blues 

El 3 de octubre de 1970, la Full Tilt Boogie Band grabó la parte instrumental de Buried alive in the blues. Janis Joplin escuchó detenidamente la interpretación y se fue de los estudios Sunset Sound, en Los Ángeles, con la promesa de volver al día siguiente para grabar la voz. Pero en la madrugada del día 4, la muerte golpeó a la puerta de la habitación 105 del Hotel Landmark. Una sobredosis acabó con la vida de la cantante texana a los 27 años. En apenas 15 días, el mundo había perdido a Jimi Hendrix y a Janis Joplin. 

Lo curioso de esa canción es que finalmente se editó igual como un track instrumental en al álbum Pearl, que vio la luz en enero de 1971, y resultó ser su trabajo más consistente. El tema había sido compuesto especialmente para Janis por Nick Gravenites y habla de alguien atormentado por la soledad. El primero en grabar la versión con letra fue el armoniquista Paul Butterfield en su álbum Better Days, editado en 1973. Butterfield moriría de sobredosis, también en Los Ángeles, catorce años más tarde. 


El último tema al que Janis le puso la voz resultó ser Mercedes Benz, despojada de instrumentación y con una fuerte crítica a la sociedad de consumo. Tal como escribió Juan Bautista Duizeide para La Agenda Revista: “La canción la emprende a golpes de verso contra dos emblemas del capitalismo norteamericano: autos y televisores. Curiosamente, los autos mencionados son de marcas europeas. Se le habla a un “Lord” que puede ser tanto un señor como Dios. Se le pide, se le ruega. Al final, la voz se conforma con una noche en la ciudad, con que el señor, o Dios, si quiere mostrar que la ama, pague la última vuelta en el bar”.


Pearl no hizo otra cosa más que confirmar que la carrera de Janis Joplin estaba en ascenso, que su búsqueda había encontrado un sendero, pero que sus demonios seguían al acecho. Janis murió, pero nunca se fue. Su último suspiro se dio cuando ya estaba enterrada viva en el blues.

No hay comentarios: