El blues está lleno de historias sorprendentes y esta es una de ellas.
Jamie Atkinson, oriundo de Georgia, Estados Unidos, se había instalado con su familia en La Paz, Bolivia, por cuestiones laborales. A mediados de 2015, se fue de vacaciones a su país con sus dos hijos para recorrer los caminos del blues de Mississippi. “Yo crecí escuchando las dulces melodías de Leadbelly y Mississippi John Hurt y quise que mis hijos conocieran una porción de América que yo creía que ya no estaba más”, escribió.
Ya en los Estados Unidos leyó un artículo sobre el Blue Front Café de Bentonia y los tres emprendieron viaje desde Greenwood hasta ese pequeño poblado al sur del Mississippi en el que viven unas 300 personas. “Me sorprendió enterarme que el country blues no estaba muerto, confinado a las tumbas, libros de historia o el kitsch de Beale Street”, apuntó Atkinson.
Al llegar a Bentonia se encontraron con el que mítico juke joint estaba cerrado, pero poco después apareció un joven que se presentó como el sobrino de Jimmy “Duck” Holmes y llamó por teléfono a su tío. Holmes llegó 15 minutos después y, como lo hace siempre, abrió las puertas del bar y tocó para los visitantes durante dos horas. Justo cuando se estaban por ir, Holmes les preguntó de dónde venían. Atkinson le contó que estaban viviendo en La Paz y el músico le dijo que su manager, Michael Schulze, quería que fuera a tocar a Sudamérica.
Atkinson, Mavrich e Iñiguez en Bentonia |
El círculo no iba a estar completo sin un disco. Songs for Jimmy se gestó antes del viaje y fue editado cuando regresaron. Parte del álbum se grabó en el estudio Ecos en La Paz y el resto en King Estudio, en Buenos Aires, en el que contaron con la mezcla y masterización de Pablo Hadida, y la participación de Marcelo Ponce y Viviana Dallas.
Los músicos lograron capturar en cada una de esas 13 canciones el espíritu del blues de Bentonia. Desde la expresiva Catfish hasta Cypress Grove el trío se complementó la perfección con la expresividad de la pareja argentina. El slide de Marcelo Ponce enhebró unos solos punzantes, mientras que Viviana Dallas elevó su canto profundo con suma pasión. Y con sus armonías vocales en Nobody’s fault but mine sobrevolaron el éter en el que el canto del góspel se mezcla con el blues.
La cantante boliviana Carla Casanovas aportó su dulce voz en All night long, cantando algunas estrofas en español y otras en inglés, e hizo coros en el tema que da nombre al disco. Y Pablo Hadida sumó su toque musical con el slide en la instrumental Stella 1917.
Bolivia Bentonia Blues es un disco intenso y muy respetuoso de la tradición blusera de Bentonia. Es probable que el primer fan que tenga sea Jimmy “Duck” Holmes.
3 comentarios:
Grossos
Gracias, Martín queridooo!!! Hermosa reseña!!! Vos sabés que tenemos una historia previa con Jamie allá por el 2006 aquí en Argentina. Llena de Country Blues. Un día te invito a unos mates y te la cuento
Una excelente reseña acerca de esta historia, muchas gracias Martín Sassone.
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