Sus dedos callosos le recuerdan aquellos años de juventud juntando algodón, bajo el rayo del sol, en las afueras de Greenwood, Mississippi. También son el signo inequívoco de una vida repleta de sacrificios que no se limitó al campo sino que siguió en la gran ciudad. Cantar blues, como un pasatiempo, le sirvió para mitigar el cansancio y el peso de una rutina ardua, pero nunca pensó que lo podría hacer profesionalmente hasta que, tras la muerte de su esposa, Donna Mae, su perspectiva de las cosas cambió. Empujado por el gran guitarrista noruego Kid Andersen y el tecladista Jim Pugh, a través de su fundación Little Village, John Boyd entró por primera vez a un estudio y a los 71 años grabó su álbum debut.
A Boyd le dicen "Blues", un apodo que le sienta muy bien. Él asegura que es "The real deal" y así nombró al disco. Andersen y Pugh decidieron rodearlo con los mejores músicos que tenían a mano y el resultado de esa sesión de grabación, en la que Boyd presentó sus propios temas, fue un éxito. El álbum abre con ese tema autobiográfico en el que la armónica de Rick Estrin sobrevuela el clima lowdown que el cantante plantea. Enseguida levanta y, al mejor estilo Junior Parker, entona muy arriba You will discover. Sigue con I'm like a stranger, en clave Percy Mayfield , y en los primeros tres temas demuestra que es un verdadero hombre de blues.
Boyd, primo del legendario pianista Eddie Boyd, vierte el sonido de Kansas City en That's big con el poderoso saxo de Terry Hanck respaldándolo. El resto del disco es una amalgama de estilos que se suceden con asombrosa naturalidad. Boyd suena con la misma intensidad y pasión ya sea interpretando un jump blues, un shuffle de la Costa Oeste, un down home blues, o algún tema más souleado en clave Stax. Además de Andersen, Pugh y Estrin acompañan al cantante Big Jon Atkinson (guitarra), Robert Welsh (guitarra y teclados), Aki Kumar (armónica), Dave Chavez (bajo), Danny Michel (bajo), June Core (batería), Martin Windstad (batería) y una exquisita sección de vientos encabezada por Hanck.
Por momentos, Boyd nos recuerda al gran Big Joe Turner y por otros a Wynonie Harris, pero lejos está de ser un imitador, se trata de un cantante auténtico, visceral, que lleva al Mississippi en las entrañas y al que no por nada le dicen Blues.
2 comentarios:
Gracias Martin, no lo conocía. A buscarlo ahora!
Y pensar que se vaticinaba el sepelio de esta música , quien lo diría que a 16 años del nuevo siglo sigan pareciendo bluesman de primer nivel ,gracias maestro ,saludos
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