viernes, 12 de febrero de 2016
Pulso stone
A Bernard Fowler el Roxy le quedó chico. El corista de los Stones desplegó anoche toda su fuerza rockera y su carisma frente a una multitud sudorosa. Para algunos fue como la frutilla del postre tras los dos shows que la banda británica dio en el Estadio Único de La Plata. Para otros fue apenas el aperitivo ya que todavía queda el recital de mañana.
Fowler estuvo acompañado por Pilo Gómez en guitarra, Fabián Von Quintiero en bajo, Gonzalo Lattes en segunda quitarra, Nicolás Raffetta en teclados, Carlos "Melena" Sánchez en batería y Peter, así lo presentaron, en percusión. La banda sonó con una precisión notable y con mucha onda, apuntalada en el groove del Zorrito, los dedos mágicos de Raffetta y los exquisitos punteos de Pilo. Fowler, por su parte, demostró que es un showman con muchos recursos y un cantante notable, ya sea entonando reggae, blues, baladas o rock and roll.
Hubo una primera parte que duró una hora y en la que Fowler tocó casi todos los temas de su flamante disco, The Bura. El telón se abrió a las 23.30 y la banda comenzó con una adrenalínica versión de Shake it. “Es hermoso verlos. Gracias por estar aquí”, dijo en un inglés claro y transparente. Siguió con Dragon attack en la misma línea rockera y furiosa. “¿Les gusta la música reggae?”, preguntó Fowler con entusiasmo. Ante el “yes” contundente del público la banda empezó con el clásico ritmo jamaiquino y Fowler planteó un diálogo cantado con la gente. El tema en cuestión fue The letter, en cuyo estribillo florece Get up, stand up. La aparición sorpresiva de Jimmy Rip con su guitarra en el escenario sumó mucha más energía.
“¿Les gusta el blues? Si les gustan los Stones tienen que amar el blues…”, fue la introducción que utilizó para My friend sin, tema en el que Pilo rasgó una guitarra acústica mientras que Rip elevó unos solos lacerantes. El guitarrista estadounidense radicado en nuestro país se quedó en una canción más: ajustició las cuerdas con su slide mientras que Fowler cantaba Will you miss me, inspirada en la posibilidad de que esta sea la última gira de los Stones. El final de esa primera hora fue con Can you hear me knocking para que la monada stone delirará a lo grande.
Hubo un intervalo de diez minutos. La banda volvió para una mezcla de segunda parte y bises que incluyó dos clásicos de Jagger y Richards: Jumpin’ Jack Flash y She’s so cold. El invitado sorpresa fue un momificado Charly García que alternó entre la guitarra y los teclados. La gente lo disfrutó más desde lo emotivo que desde lo musical. El show fue muy intenso y entretenido.
El negro demostró tener un gran pulso stone y mucha personalidad para llevar adelante su propio espectáculo.
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1 comentario:
Buena crónica Martin. Gracias por compartir.
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