El 21 de marzo de 2014 se cumplieron 50 años de la muerte de Armenter Chatmon, conocido artísticamente como Bo Carter, uno de los músicos de blues de pre-guerra más trascendentales, especialmente por su rol dentro de los Mississippi Sheiks, y por haber escrito Corrine, Corrina, tema que integra el cancionero tradicional del género. Ahora, su nombre aparece en los tabloides estadounidenses e ingleses porque sus herederos, los que tienen derecho sobre su obra, decidieron demandar a Rod Stewart porque grabó una versión de ese canción en su disco Time, de 2013.
El tema en cuestión, como la mayoría de los clásicos de la época, tiene un origen difuso. Bo Carter la grabó por primera vez en diciembre de 1928 y dos años después fue registrado por los Mississippi Sheiks bajo el nombre de Alberta. Claro que, previo a la primera versión, se pueden encontrar raíces del mismo tema en Has anybody seen my Corrine?, compuesta por Roger A. Graham en 1918, o Corrina blues, grabada por Blind Lemon Jefferson en 1926. Según los archivos de los Lomax, posteriormente el tema fue registrado por distintos bluesmen no sólo como Corrina o Alberta sino también como Roberta.
Según consignan varios portales de noticias, el requerimiento es contra el cantante, Universal Music y Capitol Records. Los herederos del viejo bluesman sostienen que la canción, que Stewart incluyó como bonus track de la edición inglesa bajo el nombre de Corrina, Corrina, tiene una composición muy similar, más allá de que la letra, la melodía, el ritmo, la métrica y el tempo no sean los mismos. El gran inconveniente, y en el que hace foco la familia, es que en el crédito de la canción se lee "tradicional” y no el nombre del autor. El copyright, de acuerdo con The Hollywood Reporter, se remite a 1929 y 1932, actualizado en 1960, durante la época del revival blusero.
Un dato curioso es que la demanda omite mencionar si los herederos recibieron royalties por las decenas de versiones que se grabaron en las últimas décadas, como las de Bob Dylan, Willie Nelson, Joni MItchell y Taj Mahal, entre muchos otros.
¿Es justo qué hagan ese reclamo? Están los que los tildan de oportunistas y aprovechadores. Pero también los que están de acuerdo con la exigencia. Rod Stewart es una figura mundial que basó gran parte de su carrera en grabar temas de otros, y está muy bien que siga recreando, a su manera, viejos clásicos que para un público masivo son desconocidos. Pero la mención de “tradicional”, si bien no falta a la verdad, resulta insuficiente. Digamos que para el artista, los productores y la discográfica no era muy difícil consignar el nombre correcto. Así que, más allá de que los demandantes tengan como fin un resarcimiento económico, sería justo que un fallo favorable siente precedente para otros casos. Preservar el legado musical de los pioneros del blues es fundamental para que la historia no se borre con el paso del tiempo.
2 comentarios:
Es increíble este "desliz" de este muchacho , cuantos ahora afinaran bien el lapiz a la hora de enumerar los créditos de su trabajos .
Un saludo
Lo peor de todo es que el reconocimiento de autoría llegue tan tarde como el económico, cuando el autor ya ha muerto. Arthur 'Big Boy' Crudup lo sufrió de Elvis, John Lee Hooker de ZZTop, Willie Dixon de Led Zeppelin y tantos otros...
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