lunes, 24 de noviembre de 2014

En el pináculo del rock

Neil Young – Storytone. A pocos meses de haber lanzado el disco de covers que registró de manera precaria en una vieja cabina de grabación en los estudios de Jack White en Nashville, Neil Young sorprende ahora con un álbum doble exquisito. Los dos discos tienen los mismos temas: en uno son versiones en solitario en las que se acompaña con piano, guitarra, ukele o armónica; mientras que en el otro se rodea de la ampulosidad de una orquesta que le da aires de crooner. En líneas generales, el álbum podría considerarse una cruza entre Harvest (1972) y This note’s for you (1988), porque balancea ciertas melodías campestres con temas más bluseados. El medio ambiente, las rutas y el redescubrimiento del amor, justo ahora que se separó de Pegi, su mujer por más de 35 años, son algunos de los temas que impulsa en sus canciones. Neil Young expresa su sentimiento por el viejo blues en Say hello to Chicago, resoplando su armónica en el disco uno, y amparado por la potencia de los caños y la guitarra punzante de Wady Watchel en el dos. Tal vez en algún momento los arreglos orquestales son un poco pastosos y en Tumbleweed, el viejo Young suena como Judy Garland en Over the rainbow. Pero enseguida baja a los márgenes del blues con su armónica en Like you used to do. En el álbum, que fue producido por él y Niko Bolas, participaron más de un centenar de músicos, entre los que destacan, además de Watchel, el percusionista Lenny Castro y el bajista de los Rolling Stones Darryl Jones. En definitiva, lo importante es que Neil Young sigue canalizando su vida y sus emociones a través de la música y no le podemos pedir más. Eso es más que suficiente para nosotros, que solo tenemos que sentarnos a escuchar.

Tom Petty & The Heartbreakers – Hynotic eye. Este álbum, así como el anterior –Mojo,2010- reorientaron la carrera de Tom Petty. Se puede decir que son como un regreso a las fuentes, a un sonido más rockero, con fuertes dosis de blues, en el que las canciones no apuntan tanto a la búsqueda del hit y que, casi como nunca antes, suenan inconfundiblemente a él. Es probable que el retorno fugaz de Mudcrutch, su banda de comienzos de los 70 con la que lanzó un disco en 2008 haya jugado un rol importante en esa búsqueda permanente de los artistas de ubicarse en tiempo y espacio. Hypnotic eye tiene un sonido medular que resulta prácticamente imposible no darse cuenta, desde los primeros acordes de cada uno de los temas, que el intérprete es Tom Petty. Tal vez la única –y sensible- diferencia con Mojo y el disco de Mudcutch es cierta aproximación a la psicodelia, aunque sin abusar de ella. Algún desprevenido también podría pensar que este es un viejo disco de Petty, de la época de Damn the torpedoes (1979), pero no. Lo que difiere de aquellas canciones con estas es la cosmovisión del músico. Por entonces tenía veintipico y ahora con 64 las cosas se ven desde un prisma muy diferente. Cada uno de los temas tiene varias capas para desmenuzar pero siempre en el fondo está la firma conjunta de Petty y su fiel compañero de ruta Mike Campbell. American dream plan B, Fault lines, Red river y Power drunk son algunas de las canciones que nos marcan el pulso de Petty, así como en Forgotten man los primeros acordes abiertos nos traen a la mente su clásico American girl. Pero también hay versiones distintivas como U get me high, con un riff tímidamemte stone o Burnt out town en el que se sumerge en el fango del boogie-blues. Un disco cinco estrellas.

2 comentarios:

Oscar Castro dijo...

No escuche aun el de Young, el de Petty esta tremendamente bueno!

Rodrigo Bluesdemar dijo...

el de Tom Petty me encanto!