jueves, 30 de enero de 2014
Sabores, sonidos y colores de Nueva Orleans
Este disco me lo recomendó “El Tano” Rosso, conductor de No tan distintos, hace unas semanas. Para él fue uno de los mejores discos de 2013 y la verdad no exageró. Si bien la edición del álbum es reciente, la grabación corresponde a un show que Dr. John y Donald Harrison realizaron el 23 de mayo de 1990 en el legendario Birdland, en el 2745 de Broadway, en Nueva York.
New Orelans gumbo es lo que sugiere su nombre: sabores, colores, sonidos y matices de la ciudad más variopinta y rítmica de todo el sur de los Estados Unidos. El álbum tiene ocho temas -la mayoría superan los cinco minutos- que combinan jazz, blues y el espíritu del Mardi Gras. Dr. John en piano y voz, se complementa de manera extraordinaria con el saxo alto de Harrison y la sólida rítmica que conforman Dwayne Burno en bajo y Carl Allen en batería. A ellos se les suman el percusionista Smiley Ricks y el pianista Stephen Scott, este último cuando Dr. John se anima a unos acordes con la guitarra.
El curriculum de Dr. John lo sabemos de memoria. No hay mucho que agregar a su extensa trayectoria. Pero Donald Harrison no es un personaje conocido en el mundo del blues. Fue el saxofonista de los Jazz Messengers de Art Blakey y luego conformó un exquisito quinteto junto al trompetista Terence Blanchard. Al igual que Dr. John, es oriundo de Nueva Orleans, pero en su caso las raíces son aún más profundas: al igual que su padre –Donald Harrison Sr.- se convirtió en un Gran Jefe Mardi Gras. De hecho, David Simon se inspiró en él para crear el personaje de Delmond Lambreaux en la serie Treme.
El disco es un maravilloso encuentro entre dos grandes de la ciudad Creciente muy lejos de su casa y por eso la sesión se percibe melancólica y apasionada. Al blues y la balada, a la irrupción funky un tanto contenida, la sazonan con pizcas de be-bop, post bop, nouveau swing y smooth jazz, mientras la voz de Dr. John y el saxo de Harrison dibujan secuencias místicas en el aire. Los temas son reversiones y nuevas interpretaciones de standards de Nueva Orelans, con guiños hacia Professor Longhair y Roosevelt Sykes.
En definitiva, New Orleans gumbo es un disco que nos permite abrir la cabeza, salir un poco del molde de los doce compases para perdernos por unos instantes en el maravilloso mundo de la improvisación con la garantía de que no nos alejamos de las raíces sureñas, que tienen uno de sus puertos de entrada ahí donde el río Mississippi se funde con el fulgor del neón antes de desembocar en la mística del pantano.
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2 comentarios:
Q buen pianista
Gracias Martin!!! Un gran abrazo!!
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