Paquito D'Rivera |
Qué se puede decir de Gillespie que no se haya dicho hasta ahora. Fue el creador del bebop junto a Charlie Parker y si no hubiera sido por Miles Davis seguramente hubiera pasado a la historia como el mejor trompetista de todas las épocas. Pero su influencia es innegable en todos los trompetistas de jazz de los últimos 50 años: desde el propio Miles hasta Lee Morgan, Arturo Sandoval y Clifford Brown.
La ambientación del Blue Note es exquisita y el sonido roza la perfección. Y más en este caso cuando todos los que están arriba del escenario son súper profesionales. Siempre pensé que los músicos de jazz se comunican con un lenguaje propio. Escriben y leen en un idioma cifrado que muy pocos mortales pueden entender. Es apasionante verlos improvisar arriba del escenario. El show del martes a la noche tuvo esos condimentos, con la música de Gillespie como eje central.
Además de clásicos como Salt peanuts y A night in Tunisia, la banda tocó una composición de D’Rivera llamada Remenbering Dizzy que el músico la explicó de la siguiente manera: “Seré breve porque sólo hablo cien palabras en inglés. Este bossa nova lo escribí en 1993, poco después de su muerte”. Fue emocionante ver a un puñado de viejos alumnos rindiendo un sentido homenaje a su mentor, en el corazón del jazz moderno, donde late desde hace varias décadas y donde seguramente nunca dejará de hacerlo.
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