Gabriel Delta Band - Hobo. El nuevo proyecto musical de Gabriel Delta, radicado hace más de 15 años en Italia, es esencialmente acústico y el repertorio se mece entre composiciones propias, clásicos del blues y algunas sorpresas. El álbum abre con Newen, una balada con tintes folclóricos cantada en español que está en armonía con la filosofía de vida de su autor. Sigue con el tema que da nombre el álbum, Hobo, en el que arrasa con un slide fulminante mientras canta que va de pueblo en pueblo con su guitarra. Skyless angels es otra emocionante balada, aunque de raíz blusera, con la que Gabriel Delta transmite su mensaje espiritual. Después pone el foco sobre dos canciones tradicionales de Chicago, Big boss man y Little red rooster, que interpreta con mucha personalidad y son el sostén para algunos de los mejores solos del disco. Su versión de Queen bee, de Taj Mahal, le da un toque bucólico. Lo mismo sucede con Duerme negrito, una canción que popularizó Atahualpa Yupanqui, que Gabriel Delta considera un verdadero blues criollo. La otra sorpresa el disco es su versión voladora de Soulshine, la más bella canción que escribió Warren Haynes para los Allman Brothers. Acompañado por una notable banda de músicos italianos, Gabriel Delta grabó en vivo y sin mayores retoques este disco que resume su vida como músico.
Daniel De Vita, Netto Rockefeller y J.M. Carrasco - Third world guitars. “Guitarras del tercer mundo” es una propuesta completamente novedosa. Tres guitarristas de Argentina, Brasil y Chile se juntaron para grabar clásicos de las décadas del cincuenta y sesenta, y algunas canciones de rock, con la idea de compartir las experiencias musicales de esos tres países. El ambicioso proyecto se materializó en un disco excepcional. El sonido está muy bien logrado y la conjunción de las tres guitarras resultó magistral. De Vita, Rockefeller y Carrasco, además, alternan en voces y cada uno le imprime su sello distintivo. El trío está respaldado por una sección rítmica productiva y sustentable conformada por Gabriel Cabiaglia en batería y Diego García Montiveros en contrabajo. El álbum comienza con una versión novedosa de I’ll go crazy, de James Brown, y todo lo que sigue después desafía los estándares más convencionales, pero, aunque suene paradójico, respetando la tradición. El repertorio no tiene desperdicio: desde esas minúsculas y alucinantes interpretaciones latinoamericanas hasta los temas más rockeados como I only have love o Should I stay or should I go, pasando por You don’t love me, un blues denso y demoledor en el que desgarran las guitarras con un sentimiento descomunal. El álbum desafía tiempo y espacio, y asimila, de manera muy original, el concepto de patria grande.
Damián Duflós Blues Band - Can´t hold out much longer. Blues de Chicago en estado puro. Un verdadero tributo a la armónica y, en especial, a uno de sus máximos exponentes, Little Walter. Damián Duflós buscó un sonido que se emparente a como tocaban los músicos negros en la década del cincuenta. En las notas del CD aclara: “Grabar con un equipamiento digital vuelve frustrante la consecución del verdadero sonido de la vieja escuela, pero aun así el sonido general conseguido es bastante aceptable”. Su toque con la armónica es sublime y expeditivo, y su voz acompaña con prestancia. Lo respaldan Ezequiel Díaz Baruj en guitarra, Leonardo Toro en bajo y Vicente Iturbe en batería cinco piezas clásicas de Little Walter y una de Sonny Boy Williamson. Este álbum, que Duflós lo pensó inicialmente como un demo y lo grabó en el estudio Sonar, fue de lo último que hizo en Neuquén antes de mudarse a Esquel, donde terminó mezclar, editar y masterizar en el living de su nueva casa. Duflós es un verdadero referente del blues tradicional y uno los más activos en el sur del país, y este nuevo álbum se enrola en una tendencia: reproducir el viejo sonido del blues con el mayor sentimiento posible y respetando todos los parámetros estilísticos.
Tota Blues y Poyo Moya - Blues and more. Flavio Rigatozzo, Tota Blues, tenía ganas de hacer algo diferente, romper un poco el molde de los doce compases y los tres tonos, de apuntar con su música a un público diferente. Y para eso se alió con el pianista Poyo Moya, otro argentino como él radicado en Barcelona, para interpretar una docena de temas, entre los que hay clásicos y composiciones propias. El dúo de piano y armónica, una conjunción instrumental poco frecuente, fluye naturalmente. Tota canta en la mayoría de los temas y el Poyo se lanza en una aventura vocal en Trouble in mind. Tres invitados de lujo aportan variantes al repertorio. El histórico ladero de Tota, Martín Merino, mete un toque guitarra eléctrica en Blussi, un tema compuesto por el propio Tota. Eduardo Introncaso sopla su saxo en Hard to make a living, otro tema que lleva la firma de Flavio Rigatozzo, y el Chino Swingslide rasga las cuerdas de una Resophonic en Goodnight Irene. Una vez más, como en sus dos décadas como músico profesional, Tota vuelve a cumplir a puro blues.