sábado, 10 de octubre de 2015

La historia en su lugar


Norman G. Green tuvo una vida itinerante, como la de muchos de los músicos negros que escribieron la historia grande del blues, aunque en esa historia su nombre no figure. Nació en Bryant, Texas, en 1920, y de chico se fue a vivir con su familia a Oklahoma. Allí empezó a tocar la guitarra y, por su espíritu inquieto, al tiempo emprendió una aventura que lo llevaría hacia el oeste. A comienzos de los ’40, viajó a Las Vegas, Nevada, y en 1947 se instaló en Los Ángeles, la ciudad más pujante del sur de California. Por entonces, el blues en esa región tenía a su amo y señor, T-Bone Walker, quien marcó a Norman, que por entonces empezó a hacerse conocido en el circuito local con el nombre artístico de Guitar Slim Green. Sin embargo, no copió el estilo de T-Bone, sino que se dedicó a recrear el viejo sonido que traía de su Texas natal, una mixtura de blues rural con un concepto más urbano. Grabó con el pianista J.D. Nickleson para Courtney Records y otros músicos locales hasta que tuvo su oportunidad como solista en pequeños sellos locales y editó dos simples: Alla blues y Central Avenue blues; y Baby I love you y Tricky woman blues. Su carrera siguió en Fresno junto al popular Jimmy McCracklin, hasta que en 1957 regresó al sur.

En Los Ángeles conoció al legendario Johnny Otis -pianista, arreglador, director de orquesta, productor y caza talentos-, quien quedó seducido por su estilo y le abrió la puerta para grabar un par de singles más junto a músicos como Al Simmons y Sid Maiden. En 1959, volvió al estudio y, de la mano de Canton Records, editó un nuevo sencillo con Shake ‘em up en el lado A y Jericho Alley en el B. Luego desapareció de la escena pública, algo común entre los músicos de blues de antaño. Slim Green reapareció en 1968 y grabó para sellos de escasos recursos simples que se vendieron muy poco. Entonces fue cuando Johnny Otis le dio una nueva oportunidad. Por entonces, Otis estaba manejando la carrera de su hijo Shuggie Otis, un precoz guitarrista de 15 años, que asombraba con su técnica y había grabado tres discos para el sello Epic. En 1970, Johnny Otis, que tenía contrato con Kent Records, decidió llevar al estudio a Slim Green junto a su hijo.

El resultado fue este álbum que acaba de ser reeditado por Ace Records, Stone down blues, en el que Slim Green canta, toca la guitarra y la armónica, Johnny Otis se encarga de la batería y Shuggie Otis alterna entre el bajo y la viola. El repertorio se nutre de regrabaciones de viejos temas Slim Green y otras compuestas para la ocasión. Si bien el disco mantiene el sonido minimalista y crudo, que sintetiza el paso del campo a la ciudad, la primera canción, Shake ‘em up, tiene un groove muy moderno para la época y el solo de Shuggie Otis deja en evidencia por qué era tan admirado a fines de los '60. En Bumble bee blues se suma Roger Spotts en piano para meterle un poco de barrelhouse al asunto. La reedición cuenta con dos canciones, My Marie y Rock the nation, que no corresponden a esas sesiones pero que muestran a Slim Green en su faceta más primaria.

Así, con una ayudita de sus amigos, Slim Green grabó ese álbum, que resultó ser el único de su carrera, y que apenas fue reeditado poco después por Kent, aunque no tuvo una comercialización muy amplia. Slim Green murió en 1975 y hoy, a 40 años de su muerte, su música renace para que la historia reconozca a este bluesman verdadero.


2 comentarios:

Oscar Castro dijo...

Gracias Martin, no lo conocía.

Luther Blues dijo...

Todo lo que tocaba Otis lo convertía en oro y aquí no fue la excepción. Notable rescate ! un saludo