En la década del ochenta Miles Davis dijo de él: "Es el más brillante de los nuevos trompetistas". Cuatro décadas más tarde, Terence Blanchard sigue demostrando en los estudios y arriba de un escenario que la leyenda del jazz no estaba equivocada. Anoche, el músico oriundo de Nueva Orleans brindó un show exquisito en el Teatro Coliseo, en el que combinó muchos de los hilos estilísticos aparentemente dispares de su carrera.
El eje del show fue un tributo a Wayne Shorter, histórico
saxofonista de Miles durante buena parte de la década del sesenta y figura
destacada del jazz durante más de medio siglo, que se presentó en ese mismo
teatro hace poco más de 20 años. El abordaje de su música no fue casual, sino
que es también el hilo conductor de su último disco, Absence, editado por el
sello Blue Note en 2021. Tanto en el álbum como en su presentación en vivo, el
trompetista utilizó principalmente a Shorter como un catalizador inspirador
para la mezcla expansiva de fusión contemporánea y post-bop de su propia banda.
El repertorio incluyó temas del álbum como Absence, Elders,
I Dare You, Dark Horse y Envisioned Reflections en los que un sonido
contemporáneo y potente, por momentos funky, a cargo de la banda E-Collective,
se amalgama con el espíritu tradicional y orgánico del cuarteto de cuerdas
Turtle Island.
Una mención aparte fue para su baterista Oscar Seaton, el
responsable del armado de la banda -“Cualquier queja que vaya dirigida a él”- a
quien conoció en 2017 cuando creó la música para el filme BlacKkKlansman. Y
para terminar elogió al cuarteto de cuerdas integrado por David Balakrishnan
(violín), Gabriel Terracciano (violín), Benjamin von Gutzeit (viola) y
Malcolm Parson (cello). “Ahora les van a volar a la cabeza”,
anticipó. Y así fue. En los siguientes diez minutos los cuatro músicos quedaron
solos en el escenario. “Queremos acercarlos a la tradición del cuarteto de
cuerdas, pero con un enfoque americano y no tan europeo. La idea no es
reproducir a Beethoven o Mozart, sino improvisar y ver que sale”, explicó
Balakrishnan. El resultado fue una conmovedora versión de Second Wave.
Balnchard y la banda volvieron a escena para un final bien
cargado y eléctrico que incluyó los temas Soldiers y Kaos. En esta última parte
el trompetista alternó con los teclados, para aportar algunos efectos, mientras
dejó que Altura y Eigsti se lucieran con improvisaciones ante la rítmica sólida
e intensa de Ginyard Jr. y Seaton, y las guirnaldas sonoras de las cuerdas.
Blanchard conserva todo el arte asombroso y la creatividad conmovedora que
esperábamos, aunque entregados en un estilo vibrante y eléctrico.