... del blues.
1)
Delta del Mississippi. Es el lugar en el que empezó todo. Es el origen del blues, el vientre de esos cantos profundos y sonidos punzantes. Se le llama así a la zona que está en medio de dos ríos, el Mississippi y el Yazoo, ideal para el cultivo del algodón. De allí surgieron muchos de los próceres del género: Charley Patton, Robert Johnson, Muddy Waters, Howlin’ Wolf, Son House, B.B. King, John Lee Hooker, Bo Diddley, Albert King y muchos más. Algunos fueron hijos de esclavos y todos sufrieron el rigor de la segregación racial y el trabajo forzado. Hoy, el
Delta del Missisippi es el último bastión de la tradición del blues rural. Su época dorada terminó hace más de medio siglo, pero allí, en ciudades como Clarksdale, Indianola y Leland, todavía vibra el pulso del blues más profundo.
2)
Willie Dixon.
El padrino del blues nació en la ciudad de Vicksburg, a orillas del río Mississippi. Fue un gran cantante y un destacado contrabajista. Pero su fuerte, eso que lo hizo muy respetado y por lo que se ganó su apodo, fue el poder que tenía para escribir canciones. Compuso muchos de los clásicos más importantes de la historia. En los 50, fue vital en el desarrollo del blues moderno escribiendo canciones para el sello Chess, que grabaron Muddy Waters, Howlin’ Wolf, Koko Taylor, Little Walter y Sonny Boy Williamson. Sus temas fueron también punta de lanza para bandas como Led Zeppelin y los Rolling Stones.
3)
Dust my broom. El 23 de noviembre de 1936, Robert Johnson grabó en San Antonio, Texas, I believe I'll dust my broom, uno de los 29 temas que lo convertirían en leyenda. Se cree que Johnson se inspirió en dos canciones para componerla: I’ll believe i’ll make a change, de Leroy Carr, y en Sagefield woman blues, de Kokomo Arnold. Si bien el tema está asociado al slide, Johnson la grabó mediante la técnica del fingerpicking. En 1951, Elmore James la patentó a su manera: grabó con su banda una versión eléctrica y endemoniada utilizando el slide. Fue editado como single por el sello Trumpet y el crédito del tema quedó para el propio James. Se cree que fue por un error, por desconocimiento, de la productora Lillian Shedd McMurry. Con el tiempo se convirtió en uno de los clásicos más versionados de la historia.
4)
Don't look back. Este disco de John Lee Hooker probablemente no esté en el podio de los mejores de su carrera, que son varios, pero ciertamente es un álbum auténtico con el toque mágico de la presencia de Van Morrison, no sólo como cantante, sino también como productor. El disco fue editado en 1997, cuatro años antes de su muerte, y tiene algunos temas nuevos; versiones de viejos clásicos, como Dimples o Blues before sunrise; y un cover hipnótico de Red house, de Jimi Hendrix, que es mortal. Un disco que le gusta a los viejos bluseros y que puede motivar a los nuevos oyentes a revolver la historia de unos bluesman más crudos y viscerales de la historia.
5)
Delmark Records. Es uno de los sellos discográficos más importantes del género. Fue fundado en 1953 en St. Louis, Missouri, por Bob Koester, un coleccionista de discos nacido en Kansas y de padres alemanes. Empezó como sello especializado en jazz pero al tiempo descubrió la magia de los músicos de blues rural como Big Joe Williams y J.D. Short. En 1958, Koester dejó la esquina de Delmar & Olivier -de ahí viene el nombre del discográfica- y se instaló en Chicago. Allí empezó a grabar blues y Be bop. Por sus estudios pasaron Luther Allison, J.B. Hutto, Magic Sam y Jimmy Dawkins, así como también músicos de jazz como Sonny Stitt, Bud Powell y Donald Byrd. Hoy Delmark sigue editando discos excelentes y apostando a artistas de la talla de
Eddie C. Campbell,
Linsay Alexander y Quintus McCormick.
6)
Dobro. Es un tipo de guitarra resonadora, cuyo nombre fue registrado como marca por Gibson, y que se utiliza mucho en el blues tradicional. Prima de la national steel guitar, tiene un diseño muy particular, que combina madera con un disco metálico. Al oscilar las cuerdas, se consigue un cambio de volumen en la caja de resonancia y una amplificación del sonido. La han usado en distintas épocas y no sólo músicos de blues: hay grabaciones memorables de Tampa Red y Blind Willie McTell, así como también de artistas contemporáneos como Taj Mahal, Roy Rogers y Chris Thomas King. Johnny Cash, Rory Gallagher, Mark Knopfler y los Lynyrd Skynyrd también tocaron mucho con ese tipo de guitarra.
7)
Don Vilanova. Miguel Vilanova es uno de los popes del
blues local. Empezó su carrera junto a Pappo’s Blues y luego emigró a España donde tocó con decenas de músicos. En los 90, integró Durazno de Gala, una de las bandas emblemáticas de la época y luego siguió su carrera solista. Miguel Vilanova se hizo conocido por su apodo de Botafogo, con el que grabó varios discos. Además de participar en grabaciones de decenas de artistas argentinos, fue telonero de B.B. King, Buddy Guy y Santana, entre otros. Entre fines de los 90 y comienzos del nuevo milenio, hizo una gira por EE.UU. y dos por Japón. Por cuestiones legales, en 2008 Botafogo anunció que cambiaba su nombre artístico a Don Vilanova, que sigue usando hasta hoy. Su imagen dentro del mundo del blues decayó en los últimos años producto de algunas declaraciones poco felices y por grabar discos que lo alejaron de la senda del blues más tradicional.