Rocanrol Cowboys, el documental de Netflix sobre los Ratones Paranoicos tiene todo lo que le falta a Rompan Todo o, por decirlo de otra manera, carece de todos los vicios que le sobran al otro. Es un film crudo, sin filtros, con testimonios en off, en el que las voces de los protagonistas están bien equilibradas, y marca con absoluta fidelidad el surgimiento, ascenso, caída y resurrección de la banda más stone del mundo.
El largometraje, dirigido y guionado por Alejandro Ruax y Ramiro Martínez, dura 76 minutos y para los muy fanáticos de la banda puede resultar algo corto. Es cierto que quedan algunos temas o momentos poco desarrollados, pero en el contexto general del film se entienden ciertas omisiones en beneficio del relato.
A diferencia de Rompan todo, en el que el ego de Gustavo Santaolalla atraviesa de manera lineal los seis capítulos, y generó una catarata de memes en las redes, en Rocanrol Cowboys hay un reflejo fiel de la historia de la banda, con sus éxitos y sus vicios expuestos casi como en un espejo. La lucha de egos está presente, pero en tono autocrítico y no como monumento al yoísmo.
El film se nutre completamente de material de archivo, con imágenes reveladoras como la de una presentación televisiva de Juanse y Gabriel Carámbula, antes del surgimiento de los Ratones; una entrevista incómoda a cargo de Silvina Chediek y otra muy bizarra junto a Moria Casán; así como escenas en hoteles, backstage o estudios de grabación que desnudan la intimidad del grupo tanto en sus momentos de mayor éxito como cuando las cosas ya no estaban bien entre ellos.
Además de Juanse, Sarcófago, Pablo Memi y Roy Quiroga tienen la palabra el Zorrito Von Quintiero (que tocó el bajo con ellos durante diez años), el ingeniero Gustavo Gauvry, responsable del sonido de sus primeros discos; y el mánager Fernando Szereszevsky. Pero además participan Mick Taylor, que grabó en el disco Hecho en Memphis y se presentó en vivo con ellos en un mítico show al aire libre en Obras, y el histórico productor de los Stones, Andrew Loog Oldham. Los aportes de este último son tan vitales para el documental que de una de sus frases surge el nombre del film y otra lo sintetiza: “Que dos guitarras suenan como una es uno de los milagros del rock and roll”.
Rocanrol Cowboys es abrasivo, sintético y contundente. Es un viaje al corazón de una banda con impronta punk que dejó una huella indeleble en la historia del rock nacional y que contribuyó de manera simbólica para que los Rolling Stones vinieran a la Argentina luego de enamorar al mismísimo Keith Richards.