jueves, 15 de octubre de 2015

Luto en Texas


La historia del blues de Texas se podría contar a través de sus protagonistas. Los más primitivos, como Blind Lemon Jefferson, Texas Alexander y Blind Willie Johnson, sentaron las bases que luego ampliaron peregrinos como Lightinin’ Hopkins, Leadbelly y Mance Lipscomb. Con el advenimiento del blues eléctrico surgieron nuevas figuras que elevaron a ese subgénero del blues a nueva dimensión. Músicos como T-Bone Walker, Clarence “Gatemouth” Brown, Albert Collins, Pee Wee Crayton, Johnny Copeland y Freddie King convirtieron la guitarra texana en un emblema, algo que después llevarían mucho más allá dos leyendas como Johnny Winter y Stevie Ray Vaughan. Detrás de ellos surgió una legión de excelentes guitarristas con muchísimo feeling. Algunos con altas dosis de boogie hipnótico como Billy Gibbons, otros más veloces como Bugs Henderson y unos más refinados como Anson Funderburgh o Jimmie Vaughan. Entre semejante constelación de artistas hubo uno que brilló con mucha intensidad: Smokin’ Joe Kubek.

Dueño de una técnica asombrosa, Kubek la peleó bien desde abajo en el duro circuito blusero de Dallas, hasta que en los ’80 conoció a quien sería su socio y hermano musical, B’ Nois King. Juntos entablaron una de las duplas más aceitadas del blues. El primer disco de la banda –y el primero que escuché de ellos- fue Steppin' out Texas style, editado por Bullseye Blues/Rounder en 1991, una verdadera joya en el que patentaron una sinergia formidable que los acompañaría en los sucesivos discos -16 hasta este año, uno acústico, en sellos como Blind Pig, Alligator y Delta Groove- con Kubek como primera guitarra y King en voz y rítmica.


Más allá de su extenso catálogo discográfico, la banda –por la que pasaron distintos bajistas y bateristas, más el ocasional aporte del tecladista Ron Levy- se convirtió en uno de los números más buscados por los organizadores de festivales en los Estados Unidos. Kubek es reconocido como uno de los mejores guitarristas de blues contemporáneos no sólo por la prensa especializada sino también por sus pares.

La noticia de su muerte conmocionó al mundillo blusero. Kubek tenía 58 años y sufrió un paro cardíaco el domingo en un hotel de Carolina del Norte donde iba a participar de un festival. Ese fue su último blues, el más triste. Musicalmente estaba en un gran momento y así lo había demostrado en sus últimas presentaciones. Nadie mejor para describirlo en pocas palabras que B’Nois King: “Amaba el blues. Siempre fue muy serio con respecto a la música. Tenía un estilo moderno pero realmente había estudiado a los viejos maestros. Fue un gran amigo".


2 comentarios:

Guillermo Blues dijo...

Que pena

Edith Romero dijo...

que lindo informe !