martes, 20 de julio de 2021

Alligator, el sello que nos abrió las puertas del blues

Bruce Iglauer.

Los discos de Alligator son parte de nuestras vidas. Para los que empezamos a escuchar blues en los noventa aquí en la Argentina, esos cd’s fueron el trampolín a un mundo nuevo. Clarence “Gatemouth” Brown, Lil’ Ed, Koko Taylor, Fenton Robinson, Albert Collins, James Cotton, Katie Webster, Johnny Winter, Buddy Guy & Junior Wells, Saffire y Charlie Musselwhite fueron algunos de los artistas que nos abrieron las puertas de ese universo hasta entonces desconocido por la mayoría. Por un lado, teníamos la referencia y los discos de los grandes maestros del género como B.B. King, Muddy Waters, Howlin’ Wolf, Robert Johnson, Albert King y, por el otro, el sello de Chicago nos puso al alcance de nuestras manos un sonido más contemporáneo. El blues estaba vivo y en estado de ebullición, y Alligator era parte de esa movida.

Alligator Records cumple 50 años y lo celebra con un cd triple que recopila a sus más grandes artistas de ayer y hoy. Es bueno recordar cómo empezó todo. A comienzos de los setenta, Hound Dog Taylor & the Houserockers era una de las atracciones del South Side de Chicago. El sonido crudo del trío captó la atención de Bruce Iglauer, por entonces vendedor del Jazz Record Mart, que pertenecía a Bob Koester, a su vez dueño de Delmark Records, uno de los sellos más importantes de la ciudad. Iglauer intentó convencer a Koester de grabar a Taylor, pero su sonido no estaba en línea con el de Delmark, que apostaba más por el estilo del West Side y el jazz. Entonces, Iglauer se lanzó por su cuenta y grabó a Hound Dog Taylor. Ese álbum, el primero del trío, fue la piedra basal del sello que, con el correr de los años, se convertiría en el más importante del blues en todo el mundo.

La discográfica desembarcó en la Argentina en medio del boom del blues. En 1993, DBN (Distribuidora Belgrano Norte) compró los derechos de Alligator, así como también de otros dos sellos de blues, Earwig y Blind Pig, con lo cual empezaron a venderse en cantidad cd´s de artistas de primer nivel. Incluso, uno de los primeros discos compilados de Alligator aquí llevaba notas en el booklet de Bobby Flores.

Para reforzar la promoción de esos discos se organizaron dos grandes recitales que se llamaron Alligator Blues Festival. El primero se realizó a mediados de 1994 en el Estadio Obras y los protagonistas fueron Koko Taylor y el joven guitarrista discípulo de una familia tradicional de bluseros, Kenny Neal; mientras que La Mississippi fue la banda soporte. La segunda edición del Alligator Blues Festival copó otra vez Obras el 30 de septiembre de 1995. La Mississippi, nuevamente, y Las Blacanblus fueron las bandas teloneras, mientras que los guitarristas Tinsley Ellis y Kenny Neal, y la pianista Katie Webster, con Vasti Jackson como violero principal y entertainer, fueron los emisarios de Bruce Iglauer. El show duró más de cinco horas y según consignó Clarín en su reseña, asistieron más de cuatro mil personas.

Alligator siempre logró captar lo que el oyente de blues buscaba y lo sigue haciendo. Primero fue con Hound Dog Taylor; en los ochenta con Son Seals, Jimmy Johnson, Albert Collins, Roy Buchanan y Johnny Winter. En los noventa con Little Charlie & The Nightcats, Michael Hill y Tinsley Ellis, entre otros. También supo combinar artistas para potenciarlos aún más en grabaciones memorables como Showdowan (Albert Collins, Robert Cray y Johnny Copeland), Harp Attack (James Cotton, Junior Wells, Carey Bell y Billy Branch) y Lone Star Shootout (Lonnie Brooks, Phillip Walker y Long John Hunter). En el nuevo milenio siguió grabando a algunas viejas glorias del género, pero también apostó por una nueva generación que venía con propuestas distintas. Así aparecieron Tommy Castro, Toronzo Cannon, J.J. Grey, Anders Osborne, Shemeika Copeland y Jarekus Singleton. Y ahora tiene a la nueva joya, al Messi del blues moderno, Christone “Kingfish” Ingram. La historia no se termina y promete seguir porque el blues siempre se renueva.

Hound Dog Taylor y Bruce Iglauer.