sábado, 14 de septiembre de 2013

El bluesman de sangre fría

Hay un disco que siempre me impresionó por su nombre tanto como por sus canciones. Cold blooded bluesman, de John Primer, es Chicago en estado puro, con algunas versiones acústicas destacadas. El título, blusero de sangre fría, me dio vueltas la cabeza durante mucho tiempo. Habla de un estilo de vida y de una forma de encarar el blues. Ayer volví a ver a Primer después de mucho tiempo –desde el 95 o 96, no recuerdo bien, pese a que luego vino varias veces a la Argentina- y realmente comprendí porque se hacía llamar así. “Toco blues para los jóvenes y toco blues para los viejos / Toco blues para los ricos y toco blues para los pobres / Soy un bluesman de sangre fría pero tengo un corazón caliente”.

The Black Cat Bone
El lugar fue La Trastienda. The Black Cat Bone, la banda de Blind Willy y Gustavo Lazo, abrió el show con algunos clásicos como Caldonia y Further on up the road. Luego dieron paso a los músicos que acompañarían al gran John Primer: Peyo Bottaro (teclados), Bernardo Errecat (armónica), Sebastián Martinotti (bajo) y Walter Loscocco (batería) empezaron con un shuffle instrumental y enseguida invitaron al hombre de la noche. La presencia de Primer no se hizo esperar. Conectó el cable de su Epiphone Casino modelo 1968 y empezó con los primeros solos.

Primer tomó los hilos del show de entrada y en cada punteo volcó todo el peso de la historia, esa que forjó tocando junto a Muddy Waters y Magic Slim. Así como se nutrió de los más grandes, ayer dio espacio a sus jóvenes acompañantes, Bottaro y Errecat, para que mostraran lo suyo y hasta los arengó para que fueran más osados en sus solos. El repertorio no fue para nada trillado. Algunos de los temas que tocó fueron You don’t have to go, Call me John Primer, She won’t give me no lovin’ y la genial Champagne and reefer. En un momento cambió la Epiphone por una Telecaster roja y, deslizando el slide con maestría, sacudió con I called my baby.

Nadie discute sus condiciones como músico y showman. El tipo sabe mucho arriba del escenario. Ha venido a Buenos Aires tantas veces que en un momento fue él quien comenzó con el clásico “Ohhh ohhh ohh”. También dedicó unos minutos para recordar a Magic Slim. “Él me enseñó mucho sobre el blues”, contó y siguió con Walking down on Broadway dedicada al bluesman recientemente fallecido. Primer también reflexionó sobre la violencia que asecha en todos lados. “Si el mundo escuchara más blues, no habría tantas peleas”.

El show fue una gran zapada, pero no sonó para nada desordenada. A Primer le gusta así, elegir el tema en el momento y que sus músicos lo acompañen. Y la banda lo hizo muy bien, más que nada en la rítmica, donde Martinotti y Loscocco sonaron parejos y en tiempo. Look over yonders wall le hirvió la sangre fría. “I’m a bluesman”, gritó en un momento de euforia. Y entonces antes de irse, como dijo Juan Urbano, “le metió una patada en los huevos a los puristas” con Can’t you see, un cover del grupo de rock sureño The Marshall Tucker Band. El espíritu con el que la cantó me hizo acordar a Jimmy Burns haciendo Cold as ice, de Foreigner.

Pero no iba a terminar sin un blues, claro. Volvió al escenario con Close together y todo el público empezó a cantar con él, como en una ceremonia tribal. El bluesman de sangre fría hizo lo mejor que sabe hacer y lo que hará hasta el día en que se muera. Lo hizo con ganas y sudando pasión. Y así lo hará siempre, como tiene que ser.

2 comentarios:

Daro dijo...

Buenisimooo!! estuvo buenisimoo! que buena reseña martin, abrazo

Darío Soto dijo...


Buenisimooo!! estuvo buenisimoo! que buena reseña martin, abrazo