domingo, 9 de junio de 2019

Abriendo caminos


Para disfrutar del jazz hay que estar muy atento a los detalles. Cada nota cuenta. Los silencios también. Hay que dejarse llevar por la improvisación de los músicos. Si pensamos al rock, el blues y el soul como caminos más o menos rectos, a veces asfaltados y otros de tierra, en el jazz no hay un sendero marcado y uno se tiene que abrir paso entre la maleza para avanzar. John Scofield nos mostró el rumbo el viernes a la noche en el Teatro Coliseo. Sus improvisaciones, su toque sutil y la relación fluida con su banda, nos llevaron hasta donde queríamos llegar.

El teatro estaba repleto y en época de vacas flacas eso es todo mérito del artista. El guitarrista volvió a la Argentina para presentar su más reciente álbum, Combo 66, que lo escribió, según dijo en varias entrevistas, pensando en su actual banda, que la conforman dos nuevos miembros como el tecladista Gerald Clayton y el contrabajista Vicente Archer, y su histórico ladero, el baterista Bill Stewart. El sonido del cuarteto resultó fascinante y Scofield interactuó mucho con ellos. Todos tuvieron sus momentos en cada uno de los temas y el guitarrista los contempló con admiración sentado en una banqueta y apoyado sobre su guitarra.

El repertorio incluyó temas de su último trabajo como Icons at the fair, Combo theme y Can’t dance, la trilogía con la que la máquina de sonido se puso en marcha. El toque de Scofield fue sutil y voraz a la vez. Mostró por momentos su apego al jazz tradicional, pero también dejó escapar su veta rockera, cierto despunte funky y unas estiradas de cuerdas que seguramente tomó de B.B. King. Y todo fluyó entre el virtuosismo y la repentización. Promediando el show tocaron una composición de Stewart dedicada a Donald Trump en la que se percibió una marcada hostilidad en el ritmo. La primera melodía real apareció pasada la hora cuando Scofield se zambulló en los acordes de You’re still the one, de Shania Twain, que grabó en su disco Country for old men, de 2016. Otros temas que interpretó fueron la reflexiva I’m sleeping in y King of Belgium. Tras una impresionante ovación la banda volvió a escena y Scofield le cedió el bis a Clayton para la hermosa balada But beautiful.

Como bien dijo el guitarrista Pablo Grosman, testigo del show, “la originalidad de sus temas, su manera de tocar, su fraseo, sus inagotables ideas y recursos” fueron las herramientas con las que Scofield, durante casi dos horas, fue abriendo el camino hacia la inmensidad de su extraordinario sonido.

1 comentario:

Pablo Grosman dijo...

Muy buena reseña, se agradece la mención y me tomo el atrevimiento de agregar que tocó una tremenda versión de Green Tea....un tema del disco "A Go Go" junto a Medeski , Martin & Wood.