The Devil ain’t got no music es un viaje en el tiempo para Lurrie Bell. Hace años, cuando estaba en el sur, a Lurrie no lo dejaban cantar blues como a muchos otros jóvenes, ya que sus abuelos y la comunidad en las que vivían la consideraban la música del Diablo. Entonces él aprendió a disimular sus gustos tocando en su guitarra acordes bluseados con un canto apasionado de Iglesia por encima. Esa fusión que absorbió desde la adolescencia la volcó de lleno en este disco de blues y góspel acústico. Lurrie Bell nos muestra así como fue su vida entre el Cielo y el Infierno, antes de convertirse en el guitarrista eléctrico que lo llevó a la cima del blues de Chicago.
Probablemente este sea uno de los dos o tres mejores discos del año. Se trata de un compendio de canciones emitidas directamente desde el alma. Auténticas, profundas, impulsivas. Sólo un hombre que sufrió en la vida como Lurrie pudo lograr un álbum así.
El disco tiene cuatro spirituals tradicionales: Swing low, It’s a blessing, Trouble in my way y Don’t let the Devil ride; dos canciones del Reverendo Thomas Dorsey, Search me lord y Peace in the valley; y una versión conmovedora de Death don’t have no mercy, del Reverendo Gary Davis, con la que Lurrie cierra el disco solo con su guitarra y aullando sus blues.
El repertorio fue elegido cuidadosamente y muy bien trabajado por el productor Matthew Skoller, quien compuso el track que le da nombre al disco, The Devil ain’t got no music, en el que lo acompaña con la armónica junto a Kenny “Beedy Eyes” Smith, hijo del legendario Willie Smith, en batería, y Josef Ben Israel en contrabajo. Después hay dos elecciones muy curiosas. La primera es Way down in the hole, el tema de Tom Waits que David Simon eligió para musicalizar la serie The Wire. Aquí, Lurrie canta con una fuerza sobrenatural acompañado otra vez por Kenny Smith y Cynthia Butts en coros. La otra es Lo and behold, una canción que James Taylor grabó en su disco Sweet baby James, de 1970.
Lurrie también se anima solo a una emotiva versión campestre de Why don’t you live so God can use you, un tema religioso que Muddy Waters compuso cuando vivía en la plantación Stovall, en el Delta del Mississippi. Y I’ll get to Heaven on my own fue compuesta por Joe Louis Walker, que aquí aporta su toque aplaudiendo y haciendo coros. JLW también toca la guitarra con slide en It’s a blessing. Además participaron de la grabación el histórico amigo de Lurrie, Billy Branch, quien sopla su armónica en Trouble in my way, y Bill Sims Jr, de la Heritage Blues Orchestra, en otras tres canciones.
The Devil ain’t got no music es un trabajo fascinante donde la música del Diablo se entrelaza con la del Señor, como el yin y el yan, en el alma de un bluesman de pura cepa.
3 comentarios:
Muy bueno Martin, puede ver a Lurrie Bell haciendo este Cd en Chicago Blues Festival , excelente.
En La Trastienda el 22 de agosto realizara 3 canciones acusticas. Un abrazo. MC
Muchas gracias martin
si que es un gran disco, lo he escuchado varias veces esta semnana. Me gusta mucho mas este nuevo que los anteriores que tiene. un abrazo,
Publicar un comentario