martes, 12 de junio de 2012

La escena del crimen

La crónica policial y la historia de la música contemporánea se entrelazan en este post.

Robert Johnson (1911-1938). Mucho se ha hablado de la vida de este bluesman del Mississippi. Con el tiempo, su historia fue adquiriendo detalles fantásticos, que si bien nadie se anima a confirmar, muy pocos los contradicen. El supuesto pacto con el Diablo en una encrucijada de caminos, las 29 canciones que compuso y grabó entre 1936 y 1937, y las únicas tres fotos suyas que existen son algunas de las cosas que alimentan su leyenda. Su misteriosa y temprana muerte, el 16 de agosto de 1938, inauguró la saga trágica de los 27 años. Según se pudo reconstruir, algunos días antes de esa fecha se presentó para tocar en un juke joint (bar característico del Mississippi) de Three Forks, a 20 kilómetros de la ciudad de Greenwood. Esa noche habría bebido moonshine (whisky clandestino) de un vaso que le dieron y poco después empezó a sentirse mal. Pasó varios días agonizando en una habitación alquilada hasta que murió. Las sospechas es que fue envenenado por un marido celoso, probablemente el dueño del antro en el que estaba tocando.

John Lee “Sonny Boy” Williamson (1914-1948). Uno de los máximos exponentes del blues de preguerra también murió de una manera brutal. Williamson fue un armonicista extraordinario, el maestro de los maestros, el pionero en hacer escuela con ese pequeño instrumento. Estaba en el apogeo de su carrera, su canción Shake that boogie era un éxito, cuando la muerte se interpuso en su camino. El 1º de junio de 1948 tocó en The Plantation Club, en la calle 31 y la avenida Giles, en la zona sur de Chicago. Era una noche calurosa y luego de una jornada agotadora, Williamson decidió volver caminando a su casa. En el trayecto fue víctima de un asalto. No hubo armas de fuego ni cuchillos. Simplemente Lo molieron a golpes. Sus últimas palabras fueron: “Señor ten piedad”. Sus restos descansan en Jackson, Tennessee, tal como él lo había pedido.

Sam Cooke (1931-1964).El 11 de diciembre de 1964, Sam Cooke estaba alojado en el Hacienda Motel, en Los Ángeles, y lo que pasó esa noche solamente lo sabe la mujer que lo mató: Bertha Franklin, la conserje. Ella confesó el crimen, pero dijo que fue en defensa propia. Según su relato, Cooke, que se había alojado poco antes con una mujer, apareció abruptamente en su oficina, semidesnudo y descontrolado. Empezaron a forcejear, ella alcanzó a tomar su arma y le disparó un tiro en el pecho. Como Cooke seguía en pie, Franklin tomó una escoba y le dio con el palo en la cabeza. Ese fue el final del cantante que había revolucionado a la música soul de comienzos de los sesenta con su encantadora voz. La noticia generó un cimbronazo en la comunidad negra en pleno auge de los derechos civiles. Los investigadores establecieron que Cooke se registró con una prostituta, que ésta le robó dinero y sus ropas, y que cuando salió a buscarla enfurecido se topó con Franklin quien se asustó y todo eso derivó en el trágico desenlace. La justicia de California cerró el caso y la mujer fue absuelta por tratarse de un caso de legítima defensa, aunque siempre quedaron dudas si todo no se trató de una emboscada.

Brian Jones (1942-1969). El 3 de julio de 1969, el cuerpo de Brian Jones, fundador de los Rolling Stones, apareció flotando en la pileta de la mansión de Sussex en la que se había recluido luego de dejar la banda, o mejor dicho, después de que Jagger y Richards lo echaran. Durante tres meses estuvo solo o acompañado por su novia sueca Anna Wohlin, a pura droga y alcohol. Así que la versión de que se había ahogado de forma accidental no sorprendió a nadie. Y esa hipótesis fue la que prevaleció durante varios años, aunque siempre hubo rumores de que algo más había pasado. En 1993, Frank Thorogood, un constructor que a fines de los 60 tuvo la tarea de refaccionar la mansión y también la de vigilarlo por pedido de su manager, confesó a un allegado que lo había matado. Varios años después se intentó reabrir el caso pero todo quedó en la nada, principalmente porque el hombre que había escuchado la supuesta confesión lo negó. Y además porque la policía, tal vez para cubrir algunos errores del pasado, optó por no profundizar la investigación.

Al Jackson Jr. (1935-1975). La música de Stax, el soul de Memphis, no sería lo mismo si no hubiera existido Al Jackson. Él fue el hombre que le dio el beat tan característico al sonido de Booker T & The MG’s, una de las mejores house-bands de la historia. Además de participar de grabaciones inolvidables como las de Green onions o Time is tight, tocó con casi todos los músicos que surgieron del corazón de Soulsville: Otis Redding, Wilson Pickett, Sam & Dave, Rufus Thomas, Eddie Floyd y William Bell. Tiempo después, en los primeros años 70, llegó a participar en sesiones de otros músicos como Eric Clapton, Freddie King y Shirley Brown. El 1º de octubre de 1975, Jackson vio por tevé junto a Eddie Floyd la pelea en la que Muhammad Ali venció a Joe Frazier en Manila, Filipinas. Luego volvió a su casa donde fue baleado por la espalda y murió. Su esposa alegó que habían entrado ladrones, pero a los investigadores les quedaron muchas dudas. El supuesto asesino fue el que por entonces era el novio de la cantante Denise LaSalle, quien murió meses después durante un tiroteo con la policía. El crimen de Al Jackson Jr. sigue siendo un “caso abierto”.

John Lennon (1940-1980). El crimen más famoso de la historia del rock sacudió al mundo el 8 de diciembre de 1980. Mark David Chapman ejecutó al ex Beatle de cuatro balazos calibre 38 por la espalda en la puerta del edificio Dakota, a metros del Central Park, en Nueva York. Lennon fue llevado de urgencia al Hospital Roosvelt pero los médicos no pudieron hacer nada. Murió a las 23.07, 17 minutos después de haber sido herido. Chapman estaba obsesionado con él y El Guardián entre el centeno, de J.D. Salinger. Justamente cuando la policía llegó al lugar lo encontró leyendo ese libro. Ese día, Chapman llegó temprano a la puerta del Dakota, sobre la calle 72, conversó con algunos fans, el portero del edificio y hasta logró que Lennon le firmara una copia de su disco Double fantasy cuando salía con Yoko Ono. El asesino esperó. Merodeó durante toda la tarde hasta que la pareja volvió y concretó su plan criminal. Chapman fue condenado a perpetua, aunque el juez ordenó que fuera tratado psiquiátricamente. Hoy sigue preso en una cárcel de Nueva York. La justicia le rechazó seis pedidos de libertad condicional.

Felix Pappalardi (1939-1983). Su nombre está asociado a un hito de fines de los 60, Cream, el power trío que definió el sonido del rock psicodélico. Él fue el productor que acompañó a Eric Clapton, Jack Bruce y Ginger Baker en la grabación del álbum Disraeli gears. Pero también se lo reconoce por su trabajo como bajista en Mountain, la banda que encabezaba Leslie West y que a comienzos de los 70 revolucionó a todos con el tema Mississippi Queen. El 17 de abril de 1983, Pappalardi fue baleado por su esposa, Gail Collins, y murió. Hacía tiempo que el músico mantenía un romance con otra mujer y por eso al principio no había dudas sobre cuál había sido el motivo del crimen. Pero durante el juicio, la defensa de Collins logró imponer su hipótesis, que se había tratado de una muerte accidental cuando Pappalardi le enseñaba a su esposa cómo usar el arma. Por eso Collins fue condenada a cuatro años de prisión por homicidio culposo.

Marvin Gaye (1939-1984). Un día antes de su cumpleaños número 45, el ícono del soul Marvin Gaye discutió acaloradamente con su padre. La disputa acabó de la peor manera: con Marvin muerto de un disparo de un arma que él le había regalado a su padre cuatro meses antes. Algunas notas periodísticas de la época revelan que todo se trató de la crónica de una muerte anunciada. Marvin Gaye hacía rato que padecía una fuerte depresión y, por eso, a fines de 1983 se mudó con sus padres en busca de contención. Pero nada de eso sucedió y se involucró en un espiral de violencia que agudizó su condición psiquiátrica. Durante el juicio por homicidio, Marvin Sr. fue diagnosticado con un tumor cerebral, pero el debate siguió adelante. Finalmente fue condenado a cinco años de probation, ya que el jurado consideró que actuó en un estado de emoción violenta. La muerte de Marvin Gaye fue un duro golpe para sus fans, pero eso no impidió que hoy, a casi 30 años del hecho, su música esté más vigente que nunca.

Jaco Pastorius (1951-1987). La carrera de Jaco Pastorius fue meteórica y su final fue tan trágico como increíble. En la década del 70 se convirtió en uno de los bajistas más respetados del naciente jazz rock, con una técnica completamente innovadora. Se podría decir que fue el primer músico en llevar a ese instrumento al centro de la escena. Integró la poderosa banda Weather Report, editó algunos álbumes solistas y tocó en discos de Joni Mitchell, Blood Sweat and Tears y Bireli Lagrene. Pero a mediados de los 80 comenzó a sufrir serios trastornos psiquiátricos que se agudizaron por el consumo de drogas y alcohol. Luego de protagonizar varios incidentes públicos, Pastorius se convirtió en un paria para la industria de la música. En sus últimos años, pasó la mayor parte de su tiempo en edificios donde se consumía crack. En septiembre de 1987 fue detenido en Fort Lauderdale por robar un coche y cuando salió de la cárcel intentó sabotear un show de Santana, por una vieja rencilla con el bajista Alphonso Johnson. Pero un guardia de seguridad lo echó y le dio una paliza brutal. Pastorius agonizó durante diez días hasta que murió.

Peter Tosh (1944-1987). No fue el Rey del reggae simplemente porque existió Bob Marley. Pero sin duda fue un músico notable, un pionero del movimiento Rastafari y un exponente fiel del sonido más puro de Jamaica. Comenzó junto a los Wailers, pero en 1971 optó por seguir por su cuenta. Su carrera solista incluyó una gira con los Rolling Stones, un hit junto a Mick Jagger -Don't Look Back- y ocho discos. Pero además fue un activista en pos de la legalización de la marihuana, de hecho su primer y más emblemático álbum se llamó Leagalize it. Su muerte ocurrió el 11 de septiembre de 1987 en su casa de los suburbios de Kingston. Tosh había regresado hacía poco al país luego de ganar un premio Grammy por su disco No nuclear war y estaba reunido con algunos amigos cuando tres hombres armados irrumpieron en su casa. Uno de los delincuentes era conocido de Tosh y fue quien lo ejecutó de dos tiros en la cabeza. Durante el ataque otra persona murió y hubo cinco heridos. La hipótesis es que los asesinos buscaban un dinero que Tosh habría traído de su viaje. El asesino, Dennis ‘Leppo’ Lobban, se entregó y fue condenado a muerte, aunque las apelaciones lograron evitar la ejecución. Hoy sigue preso, mientras que nunca se supo quienes fueron sus cómplices. De todas maneras, aún hoy persisten las dudas de que ese haya sido el motivo del crimen.

BONUS: 2 Pac / Notorius BIG. El mundo del hip hop tiene algunos crímenes en su cuenta. Los más célebres fueron los de 2 Pac y Notorius BIG. Los dos fueron baleados: el primero en septiembre de 1996 y el otro seis meses más tarde. Ambos crímenes alimentaron la teoría de una guerra entre los representantes de la Costa Oeste contra los del Este, pero también sacaron a la luz contratos sucios, drogas y pandillas.

2 comentarios:

Escena del Crimen dijo...

Buen articulo me fue de mucha utilidad para mi proyecto escolar sobre la escena del crimen

Anónimo dijo...

Buen articulo me fue de mucha utilidad para mi proyecto escolar