martes, 28 de febrero de 2023

Stax Records y su ejército sureño del ritmo


Stax Records creó un estilo, marcó una época y dejó un mensaje contundente. Fue una experiencia colectiva interracial en un momento en el que la música era un arma muy poderosa contra la intolerancia. El periodista y músico Tony Vardé logró reconstruir la historia del sello discográfico que definió el soul sureño y del cual salieron artistas notables de la talla de Otis Redding e Isaac Hayes, e himnos como Knock on Wood, Respect Yourself, Hold on I’m Coming y Try a Little Tenderness. 

El libro Grabando emociones-La revolución de Stax Records, editado por Milena Caserola, no solo cuenta la historia del sello surgido en Memphis, sino que también repasa el contexto político y social que se vivía en el sur de los Estados Unidos desde comienzos de los sesenta hasta entrada la década del setenta. 

La historia de Stax es apasionante. La forma en que se creó y cómo se fueron dando las cosas resume buena parte de la historia musical contemporánea que Tony Vardé narra con una prosa clara y cargado de datos. Músicos como los mencionados Otis Redding e Isaac Hayes fueron dos puntales del sello, pero no fueron los únicos. Eddie Floyd, Sam & Dave, Rufus y Carla Thomas, Wilson Pickett, Booker T. & The MG’s y The Staple Singers también fueron soldados de ese ejército sureño del ritmo que salió a competir con el poderoso del norte, Motown. Pero a diferencia del sello de Detroit, que apostaba todo a los hits, “las canciones de Stax fueron la pólvora de los años sesenta”. 

El escritor José Ángel González Balsa, citado por el autor lo grafica muy bien: “En Motown sonreían, en Stax sudaban. Motown era el gueto absorbido por el sistema; Stax, la revolución en marcha. Los nombres de las sedes entregaban indicios suficientes sobre las diferencias: Motown operaba desde Hitsville, Exitolandia. Stax, ya lo he dicho, en Soulsville”.

En la historia de Stax no todos fueron momentos de gloria: la tragedia pegó dos veces: la temprana muerte de Otis Redding y parte de la banda The Bar-Keys en un accidente aéreo fue un golpe durísimo, en especial porque el cantante estaba en su mejor momento tras su rutilante aparición en el Monterey Pop Festival; y el crimen del dueño del ritmo, el baterista Al Jackson Jr., ocurrido en 1975, coincidió con la bancarrota y cierre de la discográfica. 

El libro también analiza como Stax Records influenció a artistas tan diversos como los Rolling Stones, Bruce Springsteen o Wu Tan Clan, y también traza paralelismos de cómo el soul impactó en otros géneros como el rock, el reggae y el blues. El libro cuenta además con entrevistas a personajes muy vinculados a la música como Fantastic Negrito, Bobby Flores, Jared “Jay B.” Boyd y Dany Jiménez, entre otros, que aportan su experiencia y conocimiento que refuerzan la hipótesis del autor.      

En palabras del periodista Lutxo Pérez, “Tony escribe que ‘todo puede ser soul si está tocado con alma y con sentimiento’. Si tomamos esa premisa como cierta, podemos decir sin reparos que este libro es puro soul. El corazón del estilo afroamericano por excelencia de los 60 late aquí en el contenido y en la forma. Esta no es la historia de Stax. Es el relato de una ciudad, de un país, de un mundo antiguo, de una lucha, del arte y, también, de nosotros mismos. Por eso, es normal sentirnos contagiados por la pasión del autor, querer convertirnos en soul men y soul women, salir de nuestras casas a prender las calles en llamas y, como pasa con todos los grandes libros de música, escuchar cada canción mencionada. Stax fue un relato fascinante y, para nosotros, es una suerte que alguien como Tony haya decidido contárnoslo”.

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