lunes, 22 de abril de 2019

El bluesman oculto


Cash McCall es uno de esos grandes nombres del blues que tal vez muchos no lleguen a descubrir nunca. En un género donde sobresalen las figuras de Muddy Waters, B.B. King, Buddy Guy, Elmore James, John Lee Hooker o Albert King, grandes músicos de segunda línea sin tanto cartel pueden perderse en la vasta historia y discografía del género. Y el caso de McCall es uno de ellos. El cantante, guitarrista y compositor murió el sábado 20 de abril como consecuencia de un cáncer de pulmón. Tenía 78 años y una larga trayectoria que vale la pena rescatar.

Su verdadero nombre era Morris Dollison Jr. y había nacido el 28 de enero de 1941 a orillas del río Mississippi, en la pequeña localidad de New Madrid, en el estado de Missouri. Sus padres eran cantantes del coro de la iglesia y él, como la gran mayoría de los artistas negros de su generación, absorbió esa música desde muy pequeño. Su padre le construyó su primera guitarra y así le allanó el camino hacia una vida de acordes, melodías y ritmo.

En su adolescencia tocó en varios grupos de góspel y cuando cumplió 20 años se fue a vivir a Chicago, donde ya había vivido durante cinco años junto a su familia cuando era un niño. Allí se empezó a involucrar en la escena musical de la ciudad y se codeó con músicos como Lefty Dizz, Mighty Joe Young, Benny Turner y Sam Lawhorn. A mediados de los sesenta grabó el tema When you wake up, un éxito del soul que pensó que lo que iba a llevar al estrellato, pero eso no sucedió. Era artista del sello One-Derful Records, pero pronto terminó firmando contrato con St. Lawrence Way, que luego fue comprada por Chess Records. Antes, entre un puñado de singles, escribió una canción para Otis Clay, "That's how it is (When you're in love)", que tuvo cierto éxito.

Como compositor, ya bajo la órbita de la familia Chess, las cosas no le fueron tan bien hasta que Willie Dixon intervino y comenzó a moldear su carrera. Fue así como McCall comenzó a tocar con Jimmy Dawkins, Johnny Twist y Koko Taylor. Escribió la canción Birdnest on the ground, que grabó Muddy Waters, compuso otra media docena de temas para Etta James y hasta produjo el disco Message to the young de Howlin’ Wolf, pero su relación con el Lobo no anduvo bien. Otro de sus hitos en Chicago fue tocar en la banda de George “Wild Child” Butler. Su primer disco solista, Omega Man, fue editado por Paula Records en 1974, y se trató de un trabajo con mucho más funky que blues.

En la segunda mitad de la década del setenta se fue a vivir a Los Ángeles para trabajar junto a la cantante de soul Minnie Riperton y eso lo llevo a tocar con Nat King Cole, los Drifters y una tardía formación de The Platters. Su vuelta al blues se produjo en 1983 cuando grabó el disco No more doggin’ para el sello L&R y cinco años más tarde lanzó el extraordinario Cash up front, para Stony Plain. Ese mismo año se reencontró con Willie Dixon y se sumó a su banda con la que grabaron, en coproducción con T-Bone Burnett, el disco Hidden charms que ganó el Grammy en 1989. También quedó inmortalizado en el DVD A Celebration of Blues and Soul-The 1989 Presidential Inaugural Concert, en el que participaron Dixon, Koko Taylor, Stevie Ray Vaughan, Albert Collins y Joe Louis Walker.

Siguió escribiendo canciones para Otis Clay y Tyrone Davis, participó en cientos de festivales en Estados Unidos y Europa. Se radicó en Memphis, colaboró en el disco Vintage room de The Blues Experience (2007), hasta que en los últimos años su salud desmejoró, aunque todavía no estaba escrita la última canción. El año pasado su viejo amigo Benny Turner se enteró que estaba enfermo y le propuso grabar un disco que fuera su regreso a las fuentes, al blues clásico de Chicago, ese que lo tuvo como testigo privilegiado. Y así fue como en enero salió el álbum Goin’ Back home, que incluye clásicos como Shake your money maker, It hurts me too y Spoonful, y cuenta con Billy Branch como invitado. En febrero, además, McCall escribió un extenso artículo autobiográfico para la revista Blues Blast. Pero la enfermedad siguió avanzando y finalmente le ganó la batalla, pero al menos se mantuvo activo con la música hasta sus últimos días y tuvo su redención blusera.


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