Bernard Allison es el hijo del gran Luther Allison. A mediados de los 90, comenzó a consolidar su carrera solista bajo el influjo de su padre, claro, pero también con su propio esfuerzo y talento. De todas maneras, su música nunca pretendió alinearse en el sonido clásico, sino que más bien desarrolló un estilo más frenético y eléctrico al que le estampó su propia marca. En el caso de Cedric Burnside, nieto de R.L. Burnside, su distintivo es el sonido crudo y visceral, raw como se dice en inglés, que aprendió no sólo de su abuelo, sino de otros músicos como Junior Kimbrough, John Lee Hooker y Lightinin’ Hopkins.
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Por supuesto que hay un tema que se llama Fire it up, que sintetiza el frenesí incendiario de estos muchachos. Pero también se toman un respiro con Minnissippi blues, un acústico soberbio y apasionado que muestra la capacidad que tienen tanto de ir hacia adelante como de mirar hacia atrás. Encaran otros dos covers con mucha decisión y estilo. Uno es Hidden charms, del gran Willie Dixon, con un poco de sabor a Nueva Orleans, gracias a la combinación del sonido acordeón con la tabla de lavar la ropa. El otro: Natbush City limits, ese himno de Ike & Tina Turner, tiene un ritmo más cansino que la original pero no por eso menos vigorosa.
Express es un disco contundente que pretende abordar al género desde los márgenes para darle una vuelta de tuerca a lo que hacían sus padres y abuelos, pero respetando el sentido más puro de la tradición musical.
1 comentario:
no se porque pero me lo imagino energico, lleno de polenta y medio funk.
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