Ann Rabson with Bob Margolin – Not alone. Rabson es una pianista extraordinaria, heredera del boogie woogie más clásico. Si bien hace más de tres décadas que está activa, sigue sin tener mucha prensa. Fue la pianista de Saffire, The Uppity Blues Women –grupo integrado además por Gaye Adegbalola y Earlene Lewis-, uno de los pocos que se animó al blues acústico en pleno boom de la guitarra eléctrica de Stevie Ray Vaughan. Ahora, a los 67 años, Rabson acaba de editar el que tal vez sea su mejor disco solista. Acompañada por el experimentado guitarrista Bob Margolin, interpreta una docena de temas, en su mayoría covers de clásicos del blues. Pese a su aspecto de tía besucona, Rabson celebra los excesos con Let’s go get stoned, el tema que popularizó Ray Charles, y Let's get drunk and truck, de Hudson Whitaker. How long blues y Caldonia son otras de las grandes interpretaciones del álbum, donde demuestra máximo talento al piano. La versión de River’s invitation, de Percy Mayfield, cantada por Margolin, también es fabulosa. Not alone es un disco que combina algo poco frecuente en el blues de hoy: la sencillez de un piano, una guitarra y buenas canciones.
Shemeika Copeland – 33 1/3. En su segundo disco para el sello Telarc –y el sexto de su carrera- la hija del legendario guitarrista Johnny Copeland, dejó en claro que es una de las cantantes más potentes y decididas del momento. Shemeika combina una notable influencia blusera adornada con elementos del soul y el góspel. El álbum, cuyo título hace referencia a su edad –tal vez ironizando los discos 19 y 21 de Adele-, es una joya por donde se lo mire (o escuche, mejor dicho). Ain't gonna be your tattoo es un alegato en contra de la violencia machista con una letra sólida y un solo de guitarra incendiario de Buddy Guy. Y no es la única letra comprometida: Lemon pie es tajante y se refiere a la crisis económica que sobrevuela los EE.UU. desde hace unos años. Shemeika también encara con decisión y prestancia algunos covers: la maravillosa I’ll be your baby tonight, de Bob Dylan; Ain't that good news, de Sam Cooke; y A woman, de J.J. Grey. Pero si dudas donde deja en claro que es una mujer que lleva el blues impregnado en la piel es en I sing the blues, con una soberbia interpretación vocal, acompañada por la demoledora armónica de Jon Liebman.
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