lunes, 18 de junio de 2012

Volver al pasado

Sólo los fanáticos saben lo que significa que Neil Young saque un nuevo álbum, porque cada disco es una sorpresa. El viejo Neil puede sorprender con un trabajo en solitario o bien volver una y otra vez a sus fieles caballos locos. Esta vez eligió lo último para su flamante disco Americana que, tal como lo anticipa el título, se trata de todas –o casi todas, más bien- canciones tradicionales de un pasado que, si bien parece lejano, en manos de Neil Young cobra un nuevo sentido.

Siempre es bueno escuchar a Neil Young rodeado por Ralph Molina (batería), Frank "Poncho" Sampedro (guitarra) y Billy Talbot (bajo), ya que ellos conocen a la perfección todos los yeites del canadiense. Ya hacía bastante que no estaban juntos, desde aquel fenomenal álbum conceptual Greendale, de 2003. Neil Young definió así a Americana: “Lo que une estas canciones es el hecho de que, aunque pueden representar a un país que ya no existe, las emociones y los escenarios detrás de ellas aún resuenan con lo que está pasando en el país hoy en día, si bien no tienen el impacto de hace 200 años. Las letras reflejan las mismas preocupaciones y siguen siendo significativas para una sociedad que pasa por problemas económicos y culturales, especialmente en un año electoral. Son tan conmovedoras y poderosas hoy en día como el día en que fueron escritas”.

Canciones tradicionales como Oh Susannah, Gallows pole o High flyin’ bird suenan como si fueron grabadas de primera toma en un garaje, algo que es propio de Young con los Crazy Horse. Clementine, una balada country folk, que se remite a la fiebre del oro de los años 20, resume uno de los temas que la lírica de Young abarca desde hace décadas. Musicalmente el disco es sólido. Las guitarras suenan con fuerza entre la voz del canadiense, casi siempre respaldada por el coro de los músicos y su esposa, Pegi. El único tema que no me gustó es el cover de Woody Guthrie, This land is your land, no tanto por la instrumentación, sino por el coro de niños alegres que acompaña de fondo. Y también me pareció curiosa la inclusión de God save the Queen, que poco tiene ver con el resto de las canciones. Pero más allá de esos “deslices”, Americana es la reinterpretación del pasado de uno de los músicos contemporáneos más influyentes.

5 comentarios:

Alberto Moreno dijo...

Lo escuché en Francia. Demasiado yanqui para mi gusto. Y el himno pirata me jode un poco. Se le perdona porque es Neil.

Alberto Moreno dijo...

Ojo, haciendo la salvedad también de que tiene un par de buenos momentos.

Edy Rodríguez dijo...

Gracias maestro!!!!

Vanesa Harbek dijo...

BUENIISMO

Marcos Lenn dijo...

genio!