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Luego sube al escenario Sheryl Crow. “Es un honor”, dice ella antes de emprender con la letra de Evangeline, una versión muy campestre que en The Last Waltz interpretó Emmylou Harris. Promedia el disco y una brisa bucólica envuelve el ambiente: Buddy Miller le pone voz a su tema Wide river to cross, con el acompañamiento de la mandolina de Sam Bush. Cada uno de los invitados se adapta perfectamente a la banda que lidera el multiinstrumentista Larry Campbell. Deep Elem blues y Anna Lee abren el camino a una versión sensacional, que parece extraída del corazón de Nueva Orleans, de otro clásico de The Band: Rag mama rag. En Time out for the blues, la banda vierte puro rock and roll con un solo de guitarra rockabillesco, un piano que suda boogie-woogie, un saxo desatado y la melodiosa voz de la hija de Levon, Amy. Para el final se guarda tres exitazos de The Band. Primero una versión muy souleada de The shape I’m in sacude toda la estantería. Después, una guitarra rabiosa da los primeros acordes de Chest Fever. Seis minutos más tarde, Levon Helm cierra diciendo: “Siempre es grandioso tocar en el Ryman”. Invita al escenario al legendario John Hiatt y suman sus voces para cantar una de las mejores canciones de la historia del rock: The Weight. Ramble… es un álbum festivo en donde Levon Helm celebra estar vivo luego de haberle ganado una batalla al cáncer. Y lo hace como él sabe: arriba de un escenario tocando su música.
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