Es, sin dudas, el blues más angustiante que jamás se haya escrito. Y la interpretación de su creador en 1965 alcanza un nivel de visceralidad absolutamente conmovedor. Los dedos largos de Son House golpeando las cuerdas y la caja de la National steel guitar, mientras escupe las palabras más crudas y sus ojos se funden en blanco, como en trance, capturan la esencia misma del blues primigenio. Según distintos registros históricos, el viejo predicador compuso la canción a fines de la década del veinte y como toda gran composición trascendió a su tiempo y también al género.
La letra habla de un hombre que recibe una carta por la mañana en la que le avisan que su amada acaba de morir. El hombre toma su valija y emprende un viaje que lo lleva a encontrarse con el cuerpo de su mujer sobre la fría mesa metálica de una morgue. “No sabía que la amaba tanto hasta que la vi tendida ahí”, canta con profundo dolor.
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Alan Lomax |
Fue así como el 12 de abril 1965 ingresó a los estudios de Columbia Records, en Manhattan, y bajo la supervisión de John Hammond grabó más de una docena de canciones y algunas versiones alternativas. Las sesiones se extendieron hasta el 14 de abril y en algunos temas contó con la colaboración de Al Wilson, de Canned Heat, en armónica o guitarra. Además de Death letter interpretó un verdadero decálogo del blues del Mississippi: John the Revelator, Preachin’ blues, Pony blues, Motherless children, Grinnin’ in your face y Levee camp moan, entre otras.
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3 comentarios:
fantastico Martin
Seleeeenteeeeee!
las raices mismas del blues, un autentico, con overol. Por suerte paso buena parte de la historia a John Mooney, y que la lampara siga alumbrando por un buen rato mas...
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