sábado, 2 de julio de 2011

Algunos lanzamientos más del primer semestre

Too Slim & the Taildraggers – Shiver. Pese a que la banda se formó hace 25 años y que ya editó más de una docena de discos su nombre sigue siendo desconocido para muchos seguidores del blues. Liderada por el cantante, guitarrista y maestro del slide Tim "Too Slim" Langford, nativo de la ciudad de Spokane, en el estado de Washington, el grupo tiene un sonido en el que se pueden palpar las influencias de Elmore James, Duane Allman y Johnny Winter. Shiver es un álbum muy interesante, que tiene doce canciones compuestas por Langford, y cuenta con invitados como el saxofonista Mark "Kaz" Kazanoff, el armonicista Curtis Salgado y la cantante Duffy Bishop. Este parece ser el disco más sólido y consistente de los Taildraggers, posiblemente el que los coloque definitivamente en el lugar que se merecen.


Madeleine Peyroux -Standing on the Rooftop. Sutil. Melancólico.Delicado. Elegante. Todos esos adjetivos son adecuados para describir el último disco de Madeleine Peyroux. Con una banda muy particular, que incluye a músicos como el guitarrista Marc Ribot y al baterista de The Cult Charlie Drayton, más la colaboración del pianista y arreglador Allen Toussaint, el álbum tiene un sonido cálido que se balancea entre el jazz contemporáneo y el rock indie. La mayoría de los temas fueron compuestos por Peyroux junto a la violinista Jenny Scheinman, aunque en uno, The kind you can’t affort, la cantante que se formó musicalmente en París comparte crédito con el ex bajista de los Rolling Stones, Bill Wyman. Además hay muy buenos covers como Martha my dear (The Beatles), I threw it all away (Bob Dylan) y Love in vain (Robert Johnson).

Dave Alvin – Eleven Eleven. El primer tema del disco, Harlam County line, me llamó la atención: me pareció estar escuchando a Tony Joe White y su groove pantanoso. Esa percepción se mantuvo en varias canciones más. Pero su música está lejos de los terrenos mohosos de Louisiana. Nacido en California en 1955, Dave Alvin desarrolló un estilo que mezcló el blues, con el folk y una pizca de country. Tocó junto a Little Milton y Ramblin’ Jack Elliott y una de sus canciones, Long white Cadillac, fue un éxito cuando la grabó Dwight Yoakam en 1989. En Eleven Eleven, Alvin interpreta once canciones, ¡claro!, que son como crónicas de la América profunda. En Johnny Ace is dead indaga en los sórdidos acontecimientos que rondaron la muerte del pianista en 1954. En temas como Run Cornejo run, Manzanita y No worries mija fluye la influencia hispana que abarca el sur de California. Eleven Eleven es un gran álbum que termina de confirmar que Alvin es uno de los más fieles exponentes de la música folclórica estadounidense.

Varios Artistas – Rave on Buddy Holly. Se trata de una revisión del catálogo de Buddy Holly, uno de los artistas más influyentes de la historia del rock. El disco tiene 19 covers interpretados por artistas tan diversos como Paul McCartney y Cee Lo Green. Algunas versiones son fabulosas, porque no son copias fieles del original y porque el artista o la banda en cuestión logran imprimirle su sello personal. Por ejemplo: Dearest, por The Black Keys; Everyday, por Fiona Apple y John Brion; Peggy Sue, por Lou Reed; Maybe baby, por Justin Townes Earle; y That’ll be the day, por Modest Mouse. Pero después hay otras que podrían directamente haberlas obviado como I'm gonna love you too, por Jenny O., o la versión extra lavada de Raining in my heart, de Graham Nash. De todos modos, es un buen disco que cumple con dos objetivos: reivindicar las melodías de uno de los pioneros del rock and roll y darle un halo de atemporalidad a esas canciones que ya cumplieron más de 50 años.

Grayson Capps - The Lost Cause Minstrels. A Grayson Capps lo descubrí hace pocos meses cuando escuché su disco de 2006, Wail & Ride, gracias al blog de Rafa´s Rock & Soul. Capps es un artista que combina sus raíces sureñas, el blues de Nueva Orleans, el roots rock y una fuerte influencia de Tom Waits. Ahora salió su nuevo trabajo, The Lost Cause Minstrels, en el que se consolida como un artista puro y un cantante formidable. Pero más allá de ser un gran intérprete, Capps es un compositor avezado: de las once canciones nueve fueron escritas por él. Las dos restantes son covers de Taj Mahal (Annie’s lover) y Richard Brown (Jane’s Alley blues). El espíritu de este disco es itinerante y deja en claro que Capps es un hombre que conoce la ruta y que supo llenarse de todo lo que fue escuchando en el transcurso de sus 46 años de vida.

1 comentario:

RAFA dijo...

hey, gracias por el enlace. un placer haberte descubierto este gran artista, un abrazo,